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La historia del viaje en patera de Mbaye y Secou para llegar a España y perseguir sus sueños: “Es una locura”

Miles de migrantes se siguen lanzando al mar, en la oscuridad de la noche a bordo de una patera y arriesgan sus vidas para perseguir sus sueños y buscar oportunidades

Irene Ramos

Sevilla - Publicado el - Actualizado

3 min lectura

      
      
             
      

En plena pandemia, Secou se lanzó a un viaje incierto. Mbaye también dio el paso, en dirección al miedo, no una , sino hasta dos veces. 

Desde distintos puntos del continente africano pero con el mismo destino, España. Y con el mismo objetivo, buscar oportunidades que en su país no tenían y perseguir sus sueños.

Estos dos jóvenes han contado que embarcarse en un viaje de este tipo, en una patera, “con niños, mujeres, frío, oscuridad, es una locura”.

Secou salió desde Nador y pasó “una noche entera y hasta el día siguiente” cuando “fuimos rescatados” a la deriva por Salvamento Marítimo frete a las costas de Motril porque “nos habíamos perdido”.

El viaje de Mbaye tampoco fue fácil. O mejor dicho los viajes. La primera vez pasó dos días en el desierto y después cuando ya se embarcó estuvo una noche completa y un día para llegar a España. En esa ocasión fue devuelto a su país y tuvo que arriesgar su vida por segunda vez. Y esa segunda vez fue aún peor. Estuvo “cinco días en una patera con mujeres y niños, muchos nunca habían visto el mar”, no sabían nadar.

Los dos reconocen que es una “experiencia dura, difícil, un camino largo” y que dejan atrás sus vidas para convertirse en el sostén de sus familias.

      
             
      

Secou explica que hace casi “cuatro años que no veo a mi madre, a mis hermanas y mi padre ya no está, murió”. Ahora “soy responsable de la familia” y se echa de menos tenerlos cerca, “hablamos pero es muy difícil, te falta el cariño de tu familia y eso lo necesitamos todos”. Por eso uno de sus sueños es el de “volver a ver a la familia”.

El otro es ser futbolista profesional en un equipo en España. Ya ha tenido sus primeros contactos con varios equipos de categorías inferiores y sigue buscando la forma de vivir del fútbol, aunque de momento lo compagina con otros trabajos y ha sido camarero en un bar de Triana o trabajador en una fábrica.

Mbaye también siente que estar lejos de la familia es una de las cosas más difíciles y más teniendo en cuenta que su hermana es la que más ha apoyado su viaje a España, “ella me apoya a estar aquí, siempre me ha apoyado”.

      
             
      

El sueño de Mbaye es acceder a la Universidad, dedicarse a la interpretación y traducción, porque en su país sus estudios estaban relacionados con los idiomas. Quiere retomar una licenciatura y poder cuidar de los suyos, porque “ahora tengo toda la responsabilidad de mi familia”.

A pesar del duro viaje y de todo lo que han vivido tanto Mbaye como Secou responden rotundos, que si tuvieran que volver atrás, si tuvieran que elegir si hacer de nuevo este viaje, lo harían, volverían a lanzarse al mar.

Una familia de acogida: El proyecto Nazaret de Cáritas

En Sevilla Secou y Mbaye han encontrado una nueva familia, una familia de acogida que está capitaneada por Pilar Murube, responsable del proyecto Nazaret de Cáritas Diocesana.

      

Pilar es consciente del valor de chicos como Secou y Mbaye, en los que “el deseo de ayudar a sus familias es lo que mueve a estas personas a asumir ese riesgo” de lanzarse al mar, a un viaje en condiciones precarias.

En el proyecto Nazaret les ofrecen nuevas oportunidades después de vivir esa experiencia terrorífica y a veces traumática. Se les ofrece una acogida residencial, acompañamiento, formación e inclusión social y laboral.

Les dan las herramientas para que puedan desenvolverse. Hay voluntarios que enseñan español, aunque sea muy básico, pero así pueden por ejemplo ir a hacer la compra.

Archidiócesis de Sevilla

Proyecto Nazareth

La responsable del proyecto es casi como una madre, que recuerda a sus hijos lo que cualquier madre le dice a los suyos cuando son jóvenes y se quieren abrir camino en la vida: “El tiempo que estén con nosotros, que lo aprovechen al máximo”.

Y aunque “una familia no la suple nadie”, el proyecto Nazaret de Cáritas es lo más parecido a volver a tener a tus seres queridos cerca, porque como dice Pilar, “tenemos la suerte de convivir con ellos, los lazos son muy fuertes y compartimos muchas horas juntos”.