COCINA
El secreto que no conocias para preparar una pizza insuperable
Conseguir una pizza casi tan buena como las del sur de Italia está en nuestras manos
Sevilla - Publicado el
3 min lectura
No importa la época del año ni el momento del día: una pizza siempre apetece, y si aprendemos a hacerlas completamente casera tendremos un repertorio infinito de ingredientes con las que prepararlas. Algo que, haciendo uso de su gran versatilidad, nos permitirá aprovechar hasta las últimas reservas de nuestra nevera.
Tomate natural o frito, con o sin gluten, queso con o sin lactosa, salchichas, chorizo, cebolla, pimiento, jamón, piña, especias, atún, gambas, anchoas, y un largo etcétera de ingredientes que darán caracter y personalidad al plato, pero... ¿Cuántas veces hemos podido escuchar que el secreto de la pizza está en la masa?
Lo cierto es que, aunque no es el único, la masa se presenta como el elemento principal y más importante para la mayoría de consumidores; sobretodo en Italia, donde dejar la corteza de la pizza se presenta para muchos como un insulto a su gastronomía.
Hacer masa de pizza casera es sencillo, baratísimo y al alcance de cualquier bolsillo y persona con un poco de paciencia. Solo necesitamos harina, agua, levadura de panadería o fresca, sal, aceite de oliva, y, en función del tipo de masa, un mínimo de tres horas de fermentación antes de su preparación.
INGREDIENTES
500 g de Harina blanca de trigo
374 ml de agua fría
1 cuchara pequeña de sal fina
1 cuchara sopera de aceite de oliva virgen extra
3,5 g de Levadura fresca
ELABORACIÓN
Para empezar, lo primero que debemos hacer es verter la harina en un bol y añadirle levadura. Posteriormente, removemos la mezcla para, poco a poco, verter el poco más de la mitad del agua fría preparada y la sal mientras amasamos hasta lograr una masa homogénea. Este proceso de amasado debería tener una duración de entre tres y cinco minutos.
Seguidamente, y tras poner harina sobre la superficie que vayamos a utilizar, colocamos la masa sobre la tabla, mesa o encimera y empezamos a amasar hasta conseguir una masa elástica, pero no pegajosa. Ésta tiene que quedar lo suficientemente seca para que no se pegue en la mesa o las manos, pero no demasiado, porque si no puede romperse en el horno.
Consejo: cubre tus manos de harina cuantas veces necesites para amasar con mayor facilidad.
Una vez que la masa esté homogénea incorporamos el aceite para seguir amasando un poco más hasta que se quede completamente como un bloque de masa. Hacemos una bola, la dejamos en un bol con unas gotitas de aceite para que no se pegue y la tapamos con un paño o papel film dejandola repososar a temperatura ambiente durante 45 minutos.
Transcurrido este tiempo, depositamos la masa otra vez sobre la tabla y la dividimos en 3 porciones de 270 gramos. Vamos haciendo bolitas cerradas con cada una de ellas y las dejamos reposar a temperatura ambiente durante 10 o 12 horas.
Por último, si no la vamos a utilizar en el momento, será necesario guardarla en papel film dentro de la nevera hasta el día siguiente o en el congelador.
HORNEADO PERFECTO
Precalentamos el horno durante 15 o 20 minutos a máxima potencia. Sobre una tabla de madera, y ayudándonos de un poco de harina, vamos aplastando la masa con las manos. Así, cuando tenga el tamaño suficiente, esparcimos sobre la masa dos cucharadas de tomate bien llenas y la trasladamos a la bandeja del horno, sobre papel sulfurizado (disponible en cualquier cadena de supermercados).
Una vez allí, será fundamental horner nuestra masa durante tres minutos. Pasado este tiempo, la volveremos a sacar para ponerle un poco más tomate y añadir la mozzarella y todos los ingredientes que queramos. La volvemos a meter tres minutos más al horno y ya tendríamos una pizza perfecta para impresionar a todos.
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