La alarma social alertó a la Guardia Civil sobre una organización criminal de venta de droga
Se dedicaba a la distribución y venta de droga en Grañén, Huesca y Zaragoza
Madrid - Publicado el - Actualizado
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La alarma social generada en Grañén alertó a la Guardia Civil sobre la actividad de una organización criminal que se dedicaba a la distribución y venta de droga en la localidad oscense, en Huesca y Zaragoza. Con las primeras informaciones se inició la operación Grako y aunque la investigación continúa abierta, se ha logrado desarticular la organización y detener a 7 personas, cuatro de ellas han ingresado en prisión preventiva.
Agentes del Grupo de Delincuencia Organizada y Antidroga de la Guardia Civil de Huesca han detenido a siete personas por un delito contra la salud pública y otro de pertenencia a organización criminal, con edades comprendidas entre los 26 y 46 años y han desmantelado dos puntos de venta en la localidad de Grañén y sus líneas de suministro. La investigación ha sido “compleja”, según ha explicado el teniente coronel jefe de la Guardia Civil de Huesca, Francisco Pulido, en la rueda de prensa convocada para dar a conocer los detalles de la operación. “En una localidad pequeña resulta complicado no levantar sospechas respecto a una investigación debido al despliegue de investigadores y de material de dispositivos que requiere este tipo de investigación resulta, por lo que ha llevado un tiempo importante desarrollar la investigación que ha sido compleja y que permita acreditar el material probatorio de que se trataba de una organización criminal perfectamente asentada, estructurada y con una división de roles muy claros entre sus integrantes y que se dedicaba al suministro y venta de drogas al por menor”.
La alarma social levantó las sospechas de la Guardia Civil, tal y como ha relatado el comandante jefe de operaciones de la comandancia de Huesca, Óscar Vergara, y es que en algunos puntos de venta se surtía a menores. “No hubo denuncia, pero teníamos sospechas y pudimos comprobar que en alguno de los puntos de venta se surtía a menores, lo que empezó a generar gran alarma social” y en este punto ha insistido en lo complicado que para los agentes resulta trabajar en una localidad pequeña sin levantar sospechas.
Las investigaciones llevaron a la práctica de 5 registros domiciliarios de forma simultanea, dos en la localidad de Grañén, dos en la ciudad de Huesca y uno en la ciudad de Zaragoza, en cuyos registros se intervino 88 gramos de cocaína, 5,95 kilos de marihuana en cogollos, 63 gramos de hachís, sustancias de corte, diversas piezas de precisión, 39.438 euros de dinero en efectivo, un arma de fuego corta, una defensa extensible, numerosas armas blancas y un arma simulada de guerra.
En la organización criminal cada integrante tenía su cometido, con un cabecilla en Grañén. Vergara ha informado de que “pudimos comprobar que cada uno de los integrantes tenía sus cometidos y tareas y cumplían todos los requisitos del artículo 570 del Código Penal de organización criminal”. Ha añadido que “había un cabecilla en Grañén y otros distribuidores en Grañén y en las capitales de provincia de Huesca y Zaragoza y los puntos de abastecimiento fundamentales eran las capitales de provincia y la distribuían fundamentalmente en Grañén, aunque uno de los puntos de suministro de Huesca también lo era de venta”.
La operación se inició a principios de 2023 cuando se tuvo conocimiento de la existencia de un punto de droga, concretamente cocaína, en la localidad de Grañén, lo que generó gran alarma social en el seno de esta localidad. Un punto que era conocido con el símil del nombre de una conocida marca de comida rápida de recogida en vehículo.