Nuevo cambio en la imagen de San Matías en la iglesia de San Miguel de Latre: "A primera hora de la tarde ya estaba la nueva..."

Novedades, de nuevo, sobre el San Matías modificado de la iglesia de San Miguel, en la localidad pirenaica de Latre. Si la primera reforma, en la que se colocó la cara del promotor de la restauración, Eduardo Lacasta, el tercer rostro en pocos días también ha cogido a contrapie a los vecinos de esta localidad cercana a Caldearenas. 

Este viernes por la tarde, la imagen ha sufrido un notable cambio. En lugar del rostro del empresario Eduardo Lacasta, ahora se presenta la figura de un hombre con barba, que dista mucho del original. 

Al igual que sucedió con la primera imagen de San Matías, este cambio ha cogido por sorpresa al pueblo, ya que nadie estaba al tanto de las intenciones de modificarla. El alcalde de Caldearenas, Primitivo Grasa, ha explicado a COPE que no tenían conocimiento previo sobre el cambio. 

"Por la mañana estaba la imagen original y, a primera hora de la tarde, ya estaba la nueva", asegura el primer edil. Se especula que el propio pintor ha podido haber realizado la modificación a solicitud del empresario, aunque el alcalde aclara que "es una suposición".

La técnica utilizada para llevar a cabo este cambio en tan poco tiempo y de manera discreta es un misterio.

nuevo giro de los acontecimientos

Como te venimos contando, Primitivo Grasa, ya manifestó en COPE que el Ayuntamiento tuvo conocimiento de la intervención una vez las pinturas ya estaban realizadas. Ha asegurado que este tipo de acciones "se salen de lo normal" y que el pueblo "no lo admite".

Eduardo Lacasta, quien es conocido por su colaboración con la iglesia, no contaba con la autorización necesaria para llevar a cabo esta intervención. Según el Obispado de Jaca, Lacasta es un "entusiasta de la parroquia", pero, en este caso, actuó sin los permisos pertinentes. El Obispado ha anunciado que se reunirá con el Departamento de Patrimonio del Gobierno de Aragón para determinar una solución. Jesús Lizalde, delegado de Patrimonio de la Diócesis de Jaca, ha señalado que se ha solicitado un informe al párroco de la iglesia y al pintor encargado de realizar las pinturas bajo la dirección de Lacasta. Con toda esta información, se llevará a cabo una reunión con el Gobierno de Aragón.

Parece que Lacasta no calculó bien las repercusiones de realizar una intervención de este tipo sin la debida autorización. De hecho, ha reconocido ante el Obispado que cometió un error.

La comunidad vecinal no ha permanecido en silencio ante este asunto. Ha sido una denuncia vecinal la que ha hecho pública la situación, y las críticas no se han hecho esperar. "Las intervenciones en el patrimonio histórico requieren un conocimiento especializado y un respeto profundo por la historia del lugar. La idea de que cualquier persona, por más recursos que tenga, pueda apropiarse de un espacio patrimonial para su autoafirmación es escandalosa. Esto abre la puerta a una práctica que, de expandirse, podría poner en peligro numerosos monumentos históricos", afirma una vecina en un comunicado.