Están en las fiestas de un pueblo de Zaragoza y se encuentran con una peculiar procesión: "El encuentro"

El verano de 2024 está viendo de nuevo cómo cientos de miles de personas ponen su talento y su voluntad en recordar hechos históricos que marcaron épocas distintas en diferentes rincones de España. Las fiestas son condición sine qua non del estío, con tradiciones tan peculiares como la procesión de este pueblo de Zaragoza que llama la atención.

Son unas celebraciones de origen eminentemente agrícola para agradecer a sus santos y vírgenes las buenas cosechas y rogarles también por inviernos poco severos. Todas las fiestas regionales se parecen y todas son especiales en su riqueza, por eso merecen tanto mimo como cualquier otro tipo de patrimonio cultural.

Las fiestas patronales son algo más que eventos sociales para divertirse y desconectar, estas citas ejercen un importante papel a la hora de mantener viva toda esa cultura popular que no se encuentra al alcance de los libros y se transmite de generación en generación como hacen en Ateca, Zaragoza.

Jotas, muñeiras, sardanas, chotis y sevillanas, de ninguna manera, pueden faltar los bailes tradicionales. Antiguos ritos y leyendas dotan a estas celebraciones de un trasfondo folclórico sobre el que descansan nuestras raíces. Lo mismo sucede con las procesiones que se enmarcan en estas fiestas.

Procesión

Durante los meses de verano, especialmente en agosto, se prodigan las fiestas patronales en pueblos y ciudades. Pocos serán los que no tengan a gala presumir de su tradicional procesión religiosa católica en honor al patrón o patrona del municipio. Así lo hacen en Ateca, Zaragoza. Pero no es la única.

Lo imprescindible es que su gente y que las calles se conviertan en el epicentro de un encuentro social donde prime el ocio, la música y la diversión. Un soplo de aire fresco capaz de insuflar un aliento de vida y alegría a una parte de nuestro país cada vez más olvidada.

En estas festividades, los pueblos se convierten en un foco de atracción abierto a la llegada de forasteros, urbanitas y vecinos de municipios cercanos. Son sinónimo de tradición, cultura y recreo, pero también son el escenario ideal para que sus gentes puedan desencorsetarse de la rigidez cotidiana.

Ya sea en la costa, la sierra o la meseta, el verano en España, su tradición, su cultura y su historia viven en todas estas fiestas que mantienen el espíritu de una época dedicada a compartir, descansar y disfrutar. Incluso para los que veneran entes que se escapan a lo que se veía entonces.

Las fiestas de un pueblo de Zaragoza

Las celebraciones de la antigüedad estaban dedicadas a elementos del día a día. Hoy disponemos de conocimientos y máquinas que nos hacen la vida mucho más fácil, así como bebidas a las que en Ateca les dedican una procesión. En este pueblo de Zaragoza tienen una procesión muy especial que deja a todos muy sorprendidos.

Si antes todo dependía de la voluntad de los dioses y, por ese motivo, era importante dar las gracias, hacer ofrendas y sacrificios, celebrar el final del verano y desear lo mejor para el invierno. En la localidad maña se encomiendan a la Coca-Cola y el vino para hacer el mejor calimocho posible.