Le ponen cocido para comer a una joven de Zaragoza y su reacción solo la entienden unos pocos: "La pobre"

Pilar comparte en su cuenta de TikTok el momento en el que su hermana tiene delante la comida y se pone a llorar, haciendo que se vuelva viral en las redes sociales

El cocido y la joven llorando

TikTok: @pilartoktook

El cocido y la joven llorando

José Manuel Nieto

Publicado el

4 min lectura

El regreso a casa tras una larga temporada fuera es, para muchos, una mezcla de emociones agridulces. Entre la alegría de reencontrarse con la familia y la nostalgia por lo vivido en otro país, a veces los detalles más sencillos pueden ser los que más impacten. Algo así sucedió con Pilar, una joven zaragozana, que compartió en su cuenta de TikTok un vídeo que se ha hecho viral, y que retrata la reacción de su hermana al ver un plato de cocido ante ella tras su regreso de un Erasmus en el extranjero.

En el clip, grabado en un momento tan cotidiano como la comida familiar, la hermana de Pilar se muestra completamente emocionada al ver el clásico plato de cocido frente a ella. En lugar de la habitual alegría por un almuerzo casero, su reacción es de auténticas lágrimas. El momento, tan sencillo como conmovedor, ha captado la atención de miles de internautas, quienes han visto en esa escena una representación de las emociones que surgen cuando se vuelve a los platos tradicionales después de un largo tiempo fuera de casa.

Este es el texto que acompaña a la publicación de Pilar, quien, entre risas y cierta incredulidad, señala que la emoción de su hermana se debe a la "bendita" oportunidad de volver a disfrutar del cocido, un plato que, según ella, ha echado de menos mientras vivía fuera de España.

Cocido madrileño, típico de Madrid, España, con la sopa servida en un cuenco de barro y la carne y las verduras utilizadas en el caldo servidas en una bandeja.

Alamy Stock Photo

Cocido madrileño, típico de Madrid, España, con la sopa servida en un cuenco de barro y la carne y las verduras utilizadas en el caldo servidas en una bandeja.

La reacción de la joven zaragozana no es un caso aislado. Al contrario, ha sido el desencadenante de una ola de comentarios de internautas que, a través de sus propias experiencias, comprenden perfectamente lo que implica estar lejos de casa y cómo los pequeños placeres culinarios pueden tomar una dimensión emocional inesperada.

Su reacción solo la entienden unos pocos

La publicación ha generado una auténtica lluvia de respuestas, algunas de ellas tan divertidas como empáticas. "Escuchamos pero no juzgamos porque he sido ella y sé lo que siente", escribe uno de los usuarios, que claramente empatiza con la joven, mientras que otro se sincera: "La entiendo perfectamente, volví ayer de Polonia y casi lloro por unas lentejas". Las emociones desbordadas por el simple hecho de poder comer algo tan típico y familiar como un plato de lentejas o cocido son, para muchos, una manifestación de ese amor por la comida casera que no se aprecia plenamente hasta que se pierde por un tiempo.

"No apreciamos lo que tenemos hasta que estamos fuera", asegura otro comentario, subrayando una de las lecciones más comunes entre quienes pasan una temporada fuera de su país. Y no se queda ahí: "Dos años fuera de España así que conozco el sentimiento", comenta otro usuario, reafirmando la idea de que la distancia y el tiempo fuera son los que dan valor a lo que antes se daba por sentado.

Más allá de lo cómico que pueda parecer el vídeo, lo cierto es que muchos de los comentarios y reacciones de la publicación destacan la profunda conexión emocional que las personas tienen con la comida, especialmente cuando esta proviene de su lugar de origen. El cocido, un plato tradicionalmente español, es mucho más que una receta. Para quienes han tenido que dejar su tierra, ese plato es un pedazo de su hogar, un recuerdo tangible de la familia, los amigos y las tradiciones que dejaron atrás al embarcarse en nuevas aventuras.

Cocido, guiso tradicional madrileño a base de garbanzos. sobre fondo de piedra gris

Alamy Stock Photo

Cocido, guiso tradicional madrileño a base de garbanzos. sobre fondo de piedra gris

El cocido, como otros muchos platos nacionales, se convierte en un símbolo de identidad. En muchos casos, cuando se viaja al extranjero, la comida local puede ser exótica y deliciosa, pero rara vez se compara con los sabores de casa. Y es en ese regreso a lo conocido donde el alma encuentra consuelo, tal vez incluso sin que uno mismo lo sepa hasta que se ve frente a ese plato tan familiar.

Cocido para comer

La pregunta podría sonar trivial para alguien que nunca ha vivido lejos de su país durante largos períodos, pero para muchos, la respuesta está en lo más profundo del corazón. La comida, además de ser una necesidad biológica, es también una forma de cariño. El simple acto de ver a tu madre o hermana cocinando lo que te sabe a casa, lo que te ha acompañado toda la vida, puede hacer brotar lágrimas. Es un gesto pequeño, pero que en su cotidianidad se convierte en una expresión de amor, de pertenencia y, a veces, de añoranza por todo lo que se ha dejado atrás.

El cocido, entonces, no es solo un plato. Es un puente entre el pasado y el presente, entre la familia y la distancia, entre el antes y el después. Así lo entendieron los miles de usuarios que vieron el vídeo y compartieron sus propias historias, demostrando que la comida tiene un poder que trasciende lo material, conectando a las personas de una manera emocional y profunda.

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