Cómo afrontar psicológicamente una nueva vuelta al cole marcada por la pandemia

A punto de iniciarse un nuevo curso COVID, las secuelas psicológicas provocadas durante el último año han afectado especialmente a los niños y a los adolescentes

vuelta al cole

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

4 min lectura

Tras un curso escolar de lo más atípico, los alumnos, los padres y los profesores se preparan para una vuelta al cole que de nuevo contará con medidas excepcionales debido a la situación actual de la COVID-19. Desde los comienzos de la pandemia profesores, padres y alumnos, han activado el “modo supervivencia” para adaptarse con sus recursos lo mejor posible a una situación totalmente desconocida, lo que ha provocado secuelas psicológicas, tanto en mayores como menores. La diferencia es que los niños y adolescentes están viviendo un doble proceso de cambio, ya que no solo están experimentado las distintas situaciones de la pandemia, sino que están en pleno desarrollo cerebral, viviendo cambios a nivel físico, incluso hormonal, lo cual dificulta la autorregulación emocional.

Según el informe, “Young people championing post-pandemic futures”, los niños y jóvenes son quienes se encuentran entre los más afectados por la pandemia, especialmente las niñas y mujeres. Entre las causas encontramos el aislamiento, la soledad, la modificación de sus rutinas, la preocupación sobre el futuro, los cambios rápidos en el estilo de vida, la interrupción de la educación y la inseguridad laboral. Si atendemos a otros datos, el Consejo General de la Psicología en España prevé que en los próximos años la demanda de terapia psicológica podría aumentar hasta un 60% en niños, frente a un 11-33% en adultos.

Todo ello hace que los menores se encuentren en un estado emocional más vulnerable, y que cualquier cambio, ya sea positivo o negativo, les genere mayor estrés y dificultad para adaptarse que los adultos. Por esta razón, desde TherapyChat ofrecemos varias estrategias para que los padres puedan ayudar a los niños en su vuelta al cole y para que los profesores puedan adaptarse de la mejor manera posible.

ESTRATEGIAS PENSADAS EN LOS ALUMNOS

Para concienciar a los más jóvenes, es importante que los padres les proporcionen la información necesaria, el apoyo, la autonomía y la confianza para el cumplimiento de las nuevas medidas. Éstos son los ingredientes del éxito para combatir la ansiedad y el estrés; y todo ello podemos aplicarlo con las siguientes estrategias:

1. Comunicación de normas y límites. Tener una reunión familiar y explicarles cómo va a ser la nueva situación escolar. Con los más pequeños y con niños de necesidades especiales podría ayudar crear unas autoinstrucciones o histogramas, para que con apoyos visuales quede más claro lo que pueden hacer.

2. Compartir lo que sentimos. Para mejorar la autorregulación emocional de los hijos, es importante crear un espacio de seguridad donde poder ayudar a poner nombre a sus preocupaciones y lo que sienten, desde una escucha activa y un estilo de comunicación asertivo. Podemos utilizar herramientas de apoyo para la expresión de emociones, como literatura acorde a la edad, o juegos que representen la situación o dibujos.

3. Incidir en su autonomía y ayudarles en la resolución de conflictos. Plantear distintas situaciones nuevas que pueden ocurrir en el colegio, para así anticiparnos y ayudarles a imaginar distintas soluciones que contribuyan al beneficio común. Los role playing o teatros ayudan a asentar estos nuevos conocimientos y a gestionar mejor el estrés.

4. Observar las señales de alerta. Atender a las distintas expresiones que pueden tener los jóvenes sobre la ansiedad y el estrés (mojar la cama, dolores de cabeza o estómago, cambios en la alimentación, irritabilidad, rabietas, dificultad para dormir, dificultad para seguir las rutinas, obedecer, o hacer los deberes, consumo de drogas, utilizar mucho tiempo de pantallas...) y ofrecerle apoyo emocional tanto en familia como con un profesional.

5. Fomentar la socialización. Reanudar actividades extraescolares preferentemente al aire libre, y animarles a tener contacto con familiares y amigos utilizando la tecnología de forma controlada, para ayudar a canalizar sus emociones y evitar el aislamiento social.

6. Cultivar el aquí y ahora. Enseñar a los menores la importancia de conectar con el presente sin juzgar las circunstancias ya sean positivas o negativas, para poder desarrollar los mecanismos adecuados para la autorregulación.

ESTRATEGIAS PENSADAS EN LOS PROFESORES

La capacidad de adaptación de los profesores va a depender de los apoyos y recursos con los que cuenten, y de la cantidad y duración de los eventos estresantes que hayan experimentado. Las siguientes pautas pueden ayudar a mejorar su adaptabilidad:

1. Crear rutinas que ayuden al cumplimiento de las medidas de seguridad. Esto nos podrá ofrecer mayor confianza en el día a día en la institución educativa.

2. Concienciar a los niños de las posibles situaciones que se pueden dar, y ofrecerles distintas actividades para lograr mayor implicación y mejorar su autonomía.

3. Establecer límites profesionales e introducir en el horario un espacio para resolver dudas con padres. Es importante como profesores tener esta opción para poder estar más tranquilos y seguros de estar ofreciendo a los padres lo que necesitan en un contexto complicado.

4. Enfocarse en lo que sí pueden hacer, reconociendo todo el trabajo conseguido hasta ahora.

5. Desarrollar el autocuidado, asegurarse de tener momentos de desconexión, relajación y disfrute para uno mismo que nos puedan alejar de los momentos de tensión, estrés o pensamientos negativos que puedan surgir.

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