El Potaje de Vigilia sigue siendo el plato de cuchara estrella de la Semana Santa

Al margen del fervor y el sentimiento religioso, la Semana Santa también tiene un marcado carácter gastronómico, con platos típicos de esta época tanto dulces como salados como las torrijas, los crespillos, o el potaje de vigilia y los buñuelos de bacalao.

Las tradiciones culinarias relacionadas con la Semana Santa aragonesa son muy curiosas y variadas: El Domingo de Ramos marca el inicio de la Semana Santa con la bendición de las palmas que los niños suelen llevar repletas de caramelos, chocolatinas y dulces. El Jueves Santo, en localidades como Cabolafuente en Zaragoza, se ha recuperado la tradicional limonada acompañada de dulces típicos de estas fechas como las hojuelas, las flores con miel o los buñuelos. En Bureta, también en Zaragoza, y en la localidad oscense de Bolea, se continúa con la costumbre de celebrar en la noche del Jueves Santo la tradicional Cena del Huevo.

El Sábado Santo en la localidad zaragozana de Lagata, los vecinos celebran la Fiesta de los Huevos, donde numerosas personas se reúnen para comer huevos fritos. En Teruel, la fiesta no acaba el Lunes de Pascua ya que el martes se celebra el Sermón de las Tortillas. Un día para disfrutar en familia y con amigos al aire libre, en el que se preparan tortillas, ensaladas, jamón, carnes a la brasa e incluso paellas. Y de postre, la Rosca de Pascua, una torta de azúcar, con anisetes y huevo cocido dentro.

Si eres de los lamineros no te podrás resisitir a los crespillos. Un postre relacionado con la Cuaresma y la Semana Santa que se hace en numerosas localidades aragonesas. Aunque su momento álgido es el 22 de marzo en Barbastro donde se celebra la Fiesta del Crespillo, que reúne cada año a cientos de curiosos y golosos. Este plato aprovecha la hoja de la borraja para hacer un dulce que lleva como ingredientes huevos, harina, azúcar, leche, aceite de oliva, anís, levadura, hojas de borraja, y gaseosa.

Las torrijas suelen ser el postre estrella de estos días ya sean bañadas en leche o en vino con miel. Otro dulce típico de estos días son las monas de Pascua. Un dulce propio del Lunes de Pascua con forma de huevo de chocolate, que desde hace años se ha comenzado a elaborar de formas muy originales y atractivas, sobre todo para los más pequeños.

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