¿Sabías que hace 400 años un aragonés elaboró el primer manual de signos para sordos?

Se llamaba Juan Pablo Bonet, nació en Torres de Berrellén en 1573, y fue autor de la obra "Reducción de las letras y arte para enseñar a hablar a los mudos"

JUAN PABLO BONET

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

2 min lectura

Mucha gente conoce la calle Juan Pablo Bonet de Zaragoza pero muchos desconocen que este aragonés fue pionero hace 400 años de un tratado a nivel mundial sobre la enseñanza de personas sordas. Nacido en Torres de Berrellén en 1573, Bonet fue autor de la obra ‘Reducción de las letras y arte para enseñar a hablar a los mudos’, Que en 1620 se convirtió en la primera obra de este tipo editada en todo el mundo y sirvió para sentar las bases de la de la sistematización de la comunicación oral como modelo de educación de las personas con déficit auditivo.

JUAN PABLO BONET

Cuatro siglos despúes, la Diputación de Zaragoza y la Institución Fernando el Católico quieren rendir un homenaje a este ilustre aragonés a través de una exposición, unas jornadas sobre su legado, la reedición en formato facsimil de un ejemplar original del manual y la publicación de un libro sobre Bonet y su obra.

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Con su tratado Bonet abrió nuevos caminos en la enseñanza de los sordos, contribuyendo a la apertura de escuelas especializadas. En el manual, Bonet dio cuenta de sus avanzadas nociones proponiendo diferentes metodologías que mejorasen la vida de estas personas, como por ejemplo cómo articular sonidos, vocalizar o cómo diferenciar las letras. Fue una publicación excepcional por la temática y por el momento de su publicación, ya que no había sido editado textos alguno que abordase propuestas completas sobre cómo enseñar a hablar a los sordos.

Juan Pablo Bonet volcó en este manual su rico saber en pedagogía y metodología, fruto de su gran preparación, muy avanzada para la época y con mucha visión. Escribió el libro basándose en la reflexión, observación y el análisis de situaciones. Lo común en aquella época era editar 1.500 ejemplares de cada obra, por lo que se cree que esa fue la cifra de manuales que se publicaron. Bonet difícilmente imaginó que, transcurridos varios siglos de su publicación, el manual sería traducido al alemán, al inglés, al francés, al italiano y al húngaro.

Bonet entendió que al mudo había que hacerle entender algunas nociones básicas para la organización y construcción de las frases sin las cuales la comunicación no sería posible. Consideró que las partes de la oración podían reducirse a tres: nombre, verbo y la conjunción, cuyas partículas servían para unir el verbo y el sujeto. El único ejemplar que se conserva en Aragón de ese tratado esá en la biblioteca de la Diputación de Zaragoza.

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