11F: las científicas que viven en los barrios de Zaragoza

El objetivo es ofrecer referentes a niñas y jóvenes para que se animen a enfocar sus estudios hacia el mundo de la ciencia.

En carreras como ingeniería química esa brecha se va recortando, pero en otras como historia, telecomunaciones o ingeniería informática todavía está costando frenar esa desigualdad. "Doy clase en primer curso y el porcentaje de chicas es muy bajo, además la proporción entre profesores y profesoras sí les beneficía a ellos. Aunque en algunos carreras como ingeniería química ya hay un alto número de estudiantes mujeres, no ocurre lo mismo en estudios como ingeniería informática o telecomunicaciones donde el porcentaje de chicas es todavía muy muy bajo", nos cuentan en COPE las investigadoras María José Estarán y Maria Victoria Navarro.

La gran brecha está sobre todo a la hora de liderar equipos. ¿Por qué? Como es habitual los problemas de conciliación están detras de esta desigualdad: "Tener una vida completa mejora los rendimientos laborales, pero para esohace falta tiempo y si tienes mucha competencia para acceder a un contrato que te facilita esa vida diaria, se producen momentos muy complejos. La conciliación no son solo hijos, también son padres o personas dependientes. Es muy complicado porque no te estabilizas laboralmente hasta que tienes al menos, 40 años".

SOY CIENTÍFICA, VIVO EN TU BARRIO

La exposición "Soy científica, vivo en tu barrio" nos quieres acercar la figura de once investigadoras residentes en Zaragoza. Una de ellas es Ana Lázaro, ingeniera química que centra su trabajo en la búsqueda de sistemas que permitan producir calor, frío y electricidad consumiendo menos recursos y de forma económica. En esta muestra también encontramos a Milagros Medina que explora las enzimas para paliar el efecto de mutaciones que causan enfermedades o descubrir nuevas moléculas que puedan actuar como antibióticos.

Por su parte, María Lourdes Sánchez estudia las proteínas de la leche en su actividad defensiva ante virus y bacterías, mientras que la fisica Pepa Martínez investiga sobre los limites de la bajada de temperaturas y cómo afecta esto en cuestiones como la conducción de la electricidad. Mientras, la veterinaria Rosaura Pérez desarrolla tecnologías reproductivas para conseguir una producción agraria sostenible de especies ganaderas.

Siannah Peñaranda es investigadora en física de partículas para desentrañar los misterios del Universo y Susana Velasco lidera una línea de investigación de enzimas para sintetizar medicamentos o transformar la basura en productos de interés social.

La investigación no solo se centra en el mundo de la química, la física o las ingenierías. También la encontramos en la sociología con Carmen Elboj, que investiga la violencia escolar y la violencia de género a través del cyberbullying o la tecnología, o con Carmen Marta que investiga sobre la prevención de la desinformación especialmente en redes sociales.

En el plano de las matemáticas, la zaragozana Herminia Calvete usa la llamada "Investigación Operativa" para aplicar las matemáticas al diseño de rutas o a la resolución de problemas logísticos y Sabina Scarpellini centra su labor en la economía circular y el residuo cero de las empresas.

LOS PROBLEMAS DE LAS CIENTIFICAS

Todas estas científicas pertenecen a campos muy diferentes pero todas tienen en común algunas de las dificultades que se han encontrado para poder desarrollar su carrera como por ejemplo, los problemas para acceder a cargos de responsabilidad y liderar equipos de investigación y a su vez, formar una familia. "Sigue existiendo una brecha de género en los níveles más altos de las instituciones de investigación", afirma Susana Velasco.

"No se apoya lo suficientemente la maternidad puesto que compatibilizar el trabajo docente e investigador en los primeros años de crianza de los hijos supone un gran esfuerzo y mucha vocación", asegura María Lourdes Sánchez.

DECORACIÓN 11F EN ESCAPARATES

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