Cada 10 días muere una persona en accidente laboral en Aragón

En Aragón, cada 10 días se produce un accidente laboral mortal en Aragón. Desde 1995, cuando empezó a aplicarse la Ley de Prevención de Riesgos laborales, 752 personas han perdido la vida en el tajo en la comunidad. “Detrás de cada uno hay una familia y los datos son más propios de un parte de guerra que de uno de accidentes”, señala el responsable de Salud Laboral de UGT en Aragón, José de las Morenas.

Junto a su homólogo de CCOO, Luis Clarimón, han comparecido este miércoles en la Comisión de Peticiones y Derechos Humanos de las Cortes, donde han pedido a los diputados de todos los grupos más y mejores de prevención.

“Esto no es una maldición bíblica, todas las muertes se pueden evitar”, ha aseverado Clarimón. La mayoría de los accidentes también. Son “problemas de otro tiempo, somo caídas en altura, de objetos o aplastamientos y quienes lo tienen que evitar son las empresas”, señala.

El informe con las cifras es sangrante. En Aragón se producen 52 accidentes laborales al día. 2023 ha sido un año negro: 41 muertes, casi el doble que el año anterior. La agricultura y la construcción se llevan la peor parte, pero los accidentes se producen en todos los sectores.

En este sentido, los sindicatos reclaman poner el foco en las empresas con altas tasas de siniestralidad. “Igual que se conocen aquellas que desarrollan buenas prácticas, queremos saber cuáles son las que incumplen, no para criminalizarlas, sino para poder actuar”, apunta de las Morenas. Clarimón ha recordado que en ese registro de empresas 'de alta tasa' que contabiliza el ISSLA (Instituto de Salud Laboral de Aragón), trabajan más de 78.000 personas.

LAS PEQUEÑAS EMPRESAS

4 de cada 10 accidentes mortales se producen en empresas de menos de 10 trabajadores, donde no existen delegados de prevención y, en la mayoría de los casos, tampoco hay representación sindical. Para llegar a ellas, proponen implantar la figura del delegado territorial, un modelo de éxito que funciona en Asturias, La Rioja o Navarra. “No se trata de sancionar, sino de informar”, apuntan.

El otro gran agujero negro son las enfermedades profesionales. La mayoría no se declaran. Es el caso del cáncer derivado de la actividad, como el de los trabajadores expuestos al amianto u otros agentes químicos. Pero también las dolencias músculo esqueléticas o aquellas derivadas del estrés provocado por el trabajo.

Los sindicatos ponen el foco en el gasto que todas ellas suponen para la Seguridad Social, cuando deberían hacerse cargo las mutas. “Estamos haciendo una dejación de funciones y gastando dinero público”, insisten. Por ello, apuestan por formar a los profesionales de atención primaria y crear una red de médicos centinela, como ya existe en otras comunidades autónomas, como Valencia o País Vasco. En Aragón, es un compromiso pendiente de cumplir.

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