Bassler y Greenberg acercan la ciencia a los más pequeños
La bioquímica estadounidense ofreció una clase magistral a alumnos de Bachiller y ambos departieron y observaron dibujos sobre los microbios hechos por alumnos de primaria
Madrid - Publicado el - Actualizado
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La bioquímica Bonnie L. Bassler y el biólogo Peter Greenberg, galardonados junto al también estadounidense Jeffrey Gordon con el Premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica 2023, han animado este martes a un centenar de escolares asturianos a que se interesen por la ciencia y que no descarten poder dedicarse en un futuro a la investigación. "Para mí el premio ha sido mágico e inesperado, pero lo mejor del galardón es poder compartirlo con los jóvenes, que son el futuro", ha señalado Bassler, que ha pedido a un grupo de estudiantes que no se alejen de la ciencia si les gusta, si quieren trabajar con gente creativa o si quieren hacer descubrimientos que luego se plasmen en aplicaciones prácticas.
Bassler y Greenberg han inaugurado en la Fábrica de Armas de La Vega la exposición "La vida secreta de los microbios" en la que se muestran 120 de los 2.476 dibujos que realizaron los alumnos de quinto y sexto de Primaria de cuarenta centros escolares del Principado sobre las investigaciones que en torno a las bacterias han llevado a cabo estos científicos. Los alumnos de estos centros plasmaron a través de dibujos el concepto que tienen de la microbiota humana y el papel que juega en la salud, estudio en el que ha sido pionero Gordon, y los mecanismos de comunicación entre bacterias en los que trabajan Bassler y Greennberg.
Tras un detallado recorrido por los paneles que recogen los dibujos y de intercambiar impresiones con los estudiantes, Bassler ha visitado el "Quorum", una instalación artística que utiliza la bacteria luminiscente vibrio harvey -la misma que utiliza la bioquímica para sus investigaciones- para formar una especie de óleo y tejer lazos entre la ciencia y el arte. En esta instalación ha mantenido también un encuentro con un grupo de estudiantes a los que ha explicado cómo interactúan las bacterias y que se han interesado por los motivos que la llevaron a dedicarse a la investigación de estos microorganismos o por las dificultades que ha encontrado en su carrera.
"Me llevó tiempo que otros científicos me tomaran en serio y eso sí que fue difícil", ha señalado la científica estadounidense al relatar que muchos colegas no se creían que las bacterias fuesen capaces de trabajar en grupo y que creían que sus investigaciones eran una pérdida de tiempo.