El Sporting suplica la llegada del parón navideño (1-3)

Los de Rubén Albés vuelven a tropezar contra un rival de la zona baja y caen en El Molinón contra el Racing de Ferrol, que no ganaba en Liga desde el pasado 12 de octubre

Estado del marcador

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    Nacho Méndez y Nacho pelean un balón en el Sporting-Racing de Ferrol

    Marcos Martín

    Asturias - Publicado el - Actualizado

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    Otro rival de la zona baja, otro tropiezo del Sporting. El de este domingo, en El Molinón, superlativo. Por jugar en casa, porque el rival llegaba con su entrenador cuestionado tras caer goleado contra el Oviedo, y porque llueve sobre mojado. El 1-3 contra el Racing de Ferrol duele más; porque, en la misma semana, los rojiblancos han perdido contra dos equipos en la UCI. 

    Y lo peor no han sido los resultados, porque la escuadra de Rubén Albés sigue mirando de reojo a los puestos de play-off -que ha abandonado tras siete jornadas-, lo peor son las sensaciones. Incapaz de hincar el diente a Cartagena, primero, y Racing, después. 

    Este domingo, en El Molinón, al Racing le bastó con ser solidario atrás y aprovechar sus acercamientos. En el primero, un error grosero de Cristian Joel permitió a Nacho marcar el primero (previa intervención del VAR, que no consideró ilegal la posición de Álvaro Giménez en el inicio de la jugada). Y en el segundo, Dorrio hizo un golazo cruzando un disparo desde la frontal. Aunque Olaetxea recortó distancias para el Sporting, Dorrio volvió a intervenir para hacer una pared con Buñuel, que hizo el tercero.

    Albés movió el banquillo al descanso; con un cambio que no es extraño: Maras, fuera; Olaetxea, a la defensa; y un centrocampista -Nacho Martín-, al campo. El Sporting dio un paso al frente. O el Racing de Ferrol, atrás. Pero poco cambió la cosa. Los rojiblancos, quizás con el VAR de Cartagena en la memoria, se desquiciaron con el árbitro. Tampoco ayudaron los parones del Racing de Ferrol, con varios jugadores al suelo, cuando el Sporting intentaba (intentaba, más que conseguía) apretar. Ni siquiera llegó a morder. Dos derrotas consecutivas. Y cada jornada está más claro: el Sporting necesita un descanso.