ENRIQUE CASTRO 'QUINI'
Enrique Castro 'Quini' ya tiene su estatua: "Ser sportinguista es un privilegio; ser de Quini debería ser obligatorio"
Más de un centenar de personas se dieron cita para presenciar la inauguración de la estatua de 'El Brujo'.
Asturias - Publicado el - Actualizado
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La estatua de Enrique Castro 'Quini' es saldar una deuda. La deuda que Gijón tenía con su ídolo, uno de los mejores delanteros de siempre de la historia del Sporting y del fútbol español.
La figura de 'El Brujo' iba mucho más allá del fútbol. Su carácter amable, bromista y solidario conquistó los corazones de todos los asturianos, sean del equipo que sean. Un mito que, más allá de su espectacular trayectoria futbolística, ha pasado a la historia por su incalculable valor humano.
LAS REACCIONES DE LOS ASISTENTES A LA INAUGURACIÓN
En el acto de inauguración de la estatua estuvo su familia. Mari Nieves, su mujer. Sus hijos, Enrique, Óscar, Lorena y Jorge. También sus nietos, a quienes Mari Nieves quiso dirigirse en su discurso ante los presentes. "Pablo, Andrea, Lola, Andrea y Martina no disfrutaron de su abuela como nos hubiera gustado. Aquí tenéis la figura de vuestro abuelo, para que lo recordéis y siempre lo tengáis presente".
Especialmente emotivo fue el discurso que la alcaldesa de Gijón, Carmen Moriyón, dedicó a la memoria del mítico delantero rojiblanco. "Esta estatua no es un homenaje, es el justo reconocimiento de Gijón frente a su ídolo. No me cansaré de repetirlo: en el fútbol, ser sportinguista es un privilegio. En la vida, ser de Quini debería de ser obligatorio", dijo la alcaldesa, visiblemente emocionada. Tanto Mari Nieves como Carlos García, escultor de la obra, agradecieron a Carmen Moriyón su compromiso para que la estatua viera la luz.
En el acto estuvieron también presentes sus excompañeros y amigos. Redondo, Enzo Ferrero, Eloy Olaya o Joaquín Alonso, director de relaciones institucionales del Sporting de Gijón. "Cuando nos avisaron de que había fallecido no nos lo creíamos. Hacía visitas a niños en hospitales que estaban enfermos sin que lo supiera nadie, sin que aparecieran los medios de comunicación. Esa cercanía que tenía nos hacía a todos mejores", explicó Joaquín.