El Oviedo despliega 45 minutos de puro talento para dar un golpe en la categoría
Los azules le dan la vuelta al partido en la segunda parte, después de una mala primera mitad, apoyados en un Ilyas Chaira estelar
Oviedo - Publicado el - Actualizado
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El Real Oviedo ha sido capaz de lo mejor y de lo peor en un mismo partido que ha conseguido llevarse, asestando un golpe de mando a la zona alta de la tabla y consiguiendo por primera vez la tercera victoria consecutiva. Calleja apostó por una revolución en el once, empezando por la portería y el plan no le salió. En la segunda mitad, el técnico sacudió el equipo, y los jugadores respondieron, sobre todo un Ilyas Chaira estelar que anotó dos golazos.
No salió mal al partido el Real Oviedo, que tuvo algún acercamiento en los primeros minutos, pero más de impulsos y ráfagas que realmente de juego, porque los azules no estaban cómodos. Y el Zaragoza consiguió adelantarse en una acción en la que Keidi Bare se aprovecha de una cierta pasividad de Moyano, aunque en posible falta y posteriormente Liso de un error de Braat para poner el 1-0. Error del portero que hoy juega por sorpresa fuera de casa y que te pone por detrás en el marcador. Los temblores y el pesimismo a las piernas de los jugadores azules. El Oviedo se apagó del todo y el Zaragoza asestó el segundo tras rematar Adu Ares una jugada por la izquierda.
45 minutos de puro talento
El panorama al descanso era desolador. La Caja de Pandora estaba abierta de par en par y la tormenta desatada en el oviedismo. Pero todo cambió en 45 minutos prodigiosos. De talento individual. De jugadores que están en el máximo nivel de la categoría. Los golazos de Chaira, los chispazos de Hassan, el ataque de Alemao, el trato de balón de Portillo. Y acertar. Y pronto acertó Chaira con un derechazo desde la frontal para meter al Oviedo en el partido y poner a temblar a La Romareda, presa del pánico. Cuando el guion del partido admitía pocos caprichos más, el fútbol sirvió otro en bandeja. Braat salió a destiempo y penalti para el Zaragoza. Sacó entonces el francés, casi derrumbado, fuerzas de flaqueza para quedarse quieto y adiviniar el disparo de Keidi Bare al medio. Una metáfora del partido del Oviedo. Luego llegó el cabezazo de Alemao. Menudo golazo.
el gol de la victoria
El partido entró ahí en la locura, con ambos equipos sin cabeza, yendo hacia portería rival. Pero con esa sensación, que muchas veces ha sentido el Oviedo, de que al Zaragoza, con la que tiene encima, le iba a salir cruz. Y al Oviedo cara. Y así fue. Primero la tuvo Portillo al poste, luego la tuvo Chaira tras un jugadón de Hassan y en el descuento nuevamente fue Chaira el que la mandó al fondo de las mallas. Una victoria que supone un golpe sobre la mesa en la categoría y que sigue disparando al Oviedo.