La contaminación tecnológica: ¿por qué guardar una foto en el móvil emite CO2 a la atmósfera?

La doctora en Ingeniería Informática Coral Calero ofrece una charla en Gijón sobre las emisiones y el consumo de energía que supone usar aplicaciones como Whatsapp o la 'nube'

Marcos Martín

Asturias - Publicado el - Actualizado

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No es una fábrica o un coche, pero la tecnología contamina. No es tan evidente porque, de un ordenador, no sale humo como el de la chimenea de una industria o el tubo de escape de un vehículo, pero las estimaciones dicen que enviar un mensaje a través de WhatsApp emite 0,2 gramos de CO2 a la atmósfera.

Parece poco, pero hay que tener en cuenta que esta aplicación de mensajería instantánea es solo uno de los muchos software que usamos en nuestro día a día: correos electrónicos, videollamadas, el navegador del móvil para llegar a nuestro destino o la aplicación que utilizamos para encender y apagar la aspiradora automática si estamos fuera de casa.

"Cada vez que ejecutamos un software emitimos algo de CO2, no mucho, pero el problema es la cantidad de software que se utiliza y la cantidad ingente de personas que estamos utilizando software de manera permenante", ha advertido, en COPE, la doctora en Ingeniería Informática y catedrática de Lenguajes y Sistemas Informáticos de la Universidad de Castilla-La Mancha, Coral Calero, que participa, este miércoles, en las jornadas 'Futuro y Tecnología 2023' en Laboral Centro de Arte y Creación Industrial.

"La famosa nube -añade Calero-, que parece que es algo que está lejos de nosotros, es un centro de datos y cada vez que hacemos una foto y no la borramos, es un dato que acaba en el centro, que son grandes ordenadores que consumen mucha energía", por lo que generan mucho CO2 y "tiene un impacto muy grande en el medio ambiente".

De hecho, según un informe de Greenpeace, el tráfico digital equivale al 7% del consumo de la electricidad mundial y "hay estimaciones que apuntan a que las tecnologías de la información supondrán el 20% del consumo global de energía en 2030", vaticina Calero.

"La tecnología contamina, pero que nadie se sienta mal"

La solución no es dejar de usar la tecnología, advierte esta experta informática, sino hacer un uso responsable: "Si yo hago siete fotografías y al revisarlas, solo me gustan dos, me quedo con esas y borro las demás; este es un ejemplo de pequeños trucos que podemos llevar a cabo para hacer un uso más sostenible de las tecnologías", explica.

Aunque aclara que, "desde luego, nunca debemos dejar de usar la tecnología, que nadie se sienta mal para hacerlo porque las nuevas tecnologías son herramientas geniales que tenemos a mano para hacernos la vida más fácil y se han creado para que las usemos".

Software 'verde'

En este sentido, la doctora Coral Calero forma parte de un grupo de investigación de la Universidad de Castilla-La Mancha que promueve los softwares sostenibles: "Hemos desarrollado un dispositivo que nos permite analizar cada componente de un ordenador para conocer el consumo real de cada aplicación y así guiar a empresas para hacer mejores los softwares y las aplicaciones que desarrollan", ha explicado.