La desesperada espera de Ana, una gijonesa de 49 años: "Son 400 días y así no es viable vivir"
Aguarda desde 2023 para operarse de una artrodesis vertebral, una cirugía para reducir sus dolores de columna que le impiden pasear, conducir y le hacen depender de su familia
Asturias - Publicado el - Actualizado
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Casi 25.000 personas esperan, en Asturias, por una intervención quirúrgica. Aunque la demora media es de 95 días, hay casos como el de Ana, con una Discopatía L4-S1 tras una artritis séptica, que van mucho más allá. Lleva aguardando para pasar por el quirófano más de 400 días, desde el 6 de febrero de 2023, cuando fue incluida en una lista de espera con prioridad preferente en el hospital de Cabueñes de Gijón (con una espera máxima de un mes).
La intervención a la que se tiene que someter, una operación de artrodesis vertebral, es una cirugía para fusionar de manera permanente dos o mas huesos en la columna vertebral para disminuir los dolores que sufre y mejorar su calidad de vida. Este viernes ha contado en COPE que es muy mala.
"El día a día supone una aventura para darme la vuelta en la cama o salir de casa", explica esta gijonesa de 49 años. Añade que "cuando me veo con fuerzas para dar un paseo, enseguida tengo que sentarme en un banco y no sé cómo volver a casa; estoy esperando a que llegue la hora de tomar la medicación y vivir así no es viable".
Consecuencias físicas y psíquicas
Sus dolores crónicos le impiden realizar labores cotidianas como tender una lavadora, coger una olla o ir a comprar el pan. Por eso, "se ha tenido que venir mi madre del pueblo a cuidarme". Pero Ana no quiere esa vida. "La espera es agotadora y me he venido abajo".
Además, lleva de baja médica en su empresa -un supermercado en el que estaba fija desde hace años- desde octubre de 2022, aunque ha tenido que regresar al trabajo sin haber hecho, siquiera, el preoperatorio indispensable para la intervención. Ha tenido que firmar la baja laboral, a la espera de que un Tribunal Médico determine si puede volver a trabajar o tramitar una incapacidad. Teme perder sus ingresos.
Por eso, advierte de que la espera ha añadido, a sus problemas físicos, un desgaste mental y psíquico, con rabia, frustración, ira y miedo. Asegura, desesperada, que "quiero trabajar y no depender de mi familia para todo". Por eso reclama la operación que le permita mejorar los dolores crónicos que le acompañan en los últimos años.