ACCIONES INCÍVICAS
La elevadísima factura que pagan los vecinos de Gijón por la limpieza de pintadas en fachadas y espacios públicos: "Les da igual"
El barrio alto de la ciudad, Cimadevilla, es la diana de los vándalos: los operarios de EMULSA han tenido que eliminar más de medio millar de pintadas "en lugares reiterados" en el último medio año
Asturias - Publicado el - Actualizado
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El personal de la Empresa Municipal de Medio Ambiente de Gijón (EMULSA) ha destinado, en el último año, 686 horas a eliminar pintadas en fachadas o espacios públicos de la ciudad. Teniendo en cuenta que una jornada laboral media es de 40 horas semanales, si solo un operario se hubiese encargado de esta tarea, hubiese dedicado 4 meses. Un tercio del año para corregir la falta de civismo de unos pocos.
Una labor que, además de tiempo para realizar otras labores, resta también recursos. Porque EMULSA destina, de su presupuesto anual, unos 100.000 euros a la eliminación de pintadas. De marzo a septiembre de 2025, los operarios de la empresa municipal limpiaron 514 pintadas, "la mayoría en lugares reiterados".
Cimadevilla, diana preferida de los vándalos
Y es que el 37% de las actuaciones, se han realizado en Cimadevilla, que cuenta con una campaña especial para hacer frente a esta problemática, que preocupa -y no poco- a vecinos y comerciantes del barrio alto de Gijón. Y no es para menos, son 189 pintadas en medio año: una al día.
Con este panorama, la farmacéutica Patricia Menéndez, con botica frente al museo Casa Natal de Jovellanos, la subida hacia Cimadevilla por la calle del Escultor Sebastián Miranda, está desesperada. Asegura que "hay veces que no te das cuenta si tienes una pintada nueva o no, porque hay tantas..."; y lamenta la imagen del barrio: "A mí no me gustaría llegar a un lugar y ver todo pintarrajeado".
Una opinión similar tiene Silvia, vecina de la zona, que cuenta, en COPE, que "es pintada sobre pintada; porque el Ayuntamiento viene, lo pinta, pero llega el fin de semana y (a los vándalos) les da igual que esté la pared recién pintada". Lo corrobora Paco: "Aquí, de noche, es algo exagerado".
Cómo atajar la falta de civismo
Entonces, ¿cuál es la solución? José, vecino también del barrio alto, plantea la instalación de cámaras de seguridad, porque, "aunque no nos gusta que nos vigilen, si falta civismo, de alguna manera hay que atajarlo".
Añade que "no me gustan nada... si son pintadas profesionales y contratadas, vale; pero pintadas grafiteras, chungas y macarras, no". Por eso, está descontento porque cree que "las pintadas le quitan encanto" a Cimadevilla.