ENTREVISTA
"Hemos cerrado las iglesias, pero no queremos cerrar nuestra esperanza"
El Arzobispo de Oviedo, Monseñor Jesús Sanz Montes, explica en COPE cómo va a ser esta Semana Santa tan especial, con los oficios desde Covadonga
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Llega la Semana Santa más extraña de cuantas se recuerdan. El coronavirus ha obligado a celebrar los oficios previstos para estos días en la intimidad. Pero el Arzobispado de Oviedo ofrecerá, a través de streaming (y de COPE.es), las celebraciones que presidirá Monseñor Jesús Sanz Montes desde Covadonga.
Allí está cumpliendo el confinamiento el Arzobispo de Oviedo: "Estoy encerrado como todo el mundo, la única diferencia es que esta casa es un poco más grande y tiene forma de cueva", explica Don Jesús, que añade que "ese pequeño paseo desde la Cueva hasta mi habitación es lo único que hago".
El COVID-19 también ha afectado a la Diócesis: "Han fallecido dos sacerdotes muy ancianos (tenían más de 90 años) por el coronavirus; además de su edad, llevaban sus enfermedades y les han entregado sus almas a Dios", ha explicado el Arzobispo. Pero, a pesar del virus, la Semana Santa sigue adelante
"Por primera vez, el Arzobispo de Oviedo se traslada a Covadonga para oficiar las misas; haremos de este lugar tan querido por todos los asturianos una catedral improvisada; dado que en la Catedral no podemos celebrar los oficios como hacíamos oficialmente. Hemos escogido Covadonga por lo significativo del lugar, lo emblemática que es la casa de la Santina".
La Santa Cueva ofrece, además, la posibilidad de retransmitir por circuito cerrado las celebraciones de la Semana Santa. La primera es la del Domingo de Ramos, el Pórtico de la Semana Santa, "un día en el que los niños son protagonistas en recuerdo a aquellos niños hebreos que recibieron a Jesús entrando en Jerusalén", explica Monseñor Sanz. "Este año no van a tener tanto protagonismo porque a ellos también les toca asumir el confinamiento y no van a estar con sus palmas y sus caritas llenando de alegría y esperanza nuestras vidas, viéndoles deambular por nuestras plazas y calles en dirección a la iglesia donde se celebra la misa del Domingo de Ramos", lamenta Don Jesús.
Los niños, y también los mayores, Cofradías y Hermandades, "tendrán que llevar la procesión por dentro, y nunca mejor dicho", dice el Arzobispo, que destaca "la creatividad de nuestros sacerdotes y nuestras religiosas para (a través de la radio o las nuevas tecnologías) poder llegar a hogares y corazones porque, aunque hemos cerrado las iglesias, no queremos cerrar nuestra esperanza".
El Arzobispo de Oviedo, reflexiona, además, sobre las consecuencias del COVID-19: "Nuestras agendas han saltado por los aires; cuántas cosas teníamos anotadas, reuniones importantísimas o convenios que había que firmar con fecha inamovible y que han quedado anuladas... Y piensas que somos más vulnerables de lo que parecía, menos dioses de lo que imaginábamos".
Don Jesús Sanz destaca, sin embargo, que "cuando salta por los aires la cotidianeidad y ves tantos gestos preciosos de personas que dan lo mejor de si mismas; te das cuenta de que, aunque las agendas han sido tachadas, en estos renglones torcidos, Dios está escribiendo una historia maravillosa contando con la bondad y la ternura de gente que no es anónima, que tiene nombre. Y aunque sería imposible publicar el de todos, Dios los tiene bien escritos".