Entrevista
El presidente de la Cámara de Comercio de Oviedo, conductor de ambulancia durante la crisis del coronavirus
Carlos Paniceres asegura, en COPE Asturias, que "en esta guerra contra el COVID-19, lo mejor es estar en primera línea de batalla"
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Se ha quitado el traje y la corbata y se ha puesto "el traje de faena" para luchar contra el avance del nuevo coronavirus. Es Carlos Paniceres, presidente de la Cámara de Comercio de Oviedo y consejero delegado de TRANSINSA (Transportes Integrales Sanitarios de Asturias), la empresa que gestiona las ambulancias en el Principado. Paniceres ha decidido subirse a una de esas ambulancias y conducirla mientras dure la crisis del COVID-19. Ha contado su historia, este jueves, en Herrera en COPE Asturias.
Intenta quitar importancia a su trabajo: "Solo he echado una mano al resto de compañeros, haciendo traslados y yendo a recoger muestras biológicas o montando algún puesto avanzado en el hospital. En esta situación, todas las manos son pocas y estoy muy orgulloso de la plantilla de TRANSINSA, que está dando la cara en momentos muy difíciles, asumiendo el mayor reto al que nunca nos hemos enfrentado", asegura.
"Creía que era necesario dar un paso adelante", justifica; antes de aclarar que "todo el Consejo de Administración de TRANSINSA está repartido por Asturias y haciendo lo mismo que nuestros trabajadores".
Paniceres cree que "para ir a una guerra como esta que estamos viviendo contra el coronavirus, es mejor estar en primera línea de fuego". No le ha costado subirse a la ambulancia: "No es difícil cambiar el chip -explica- porque yo he vivido esta profesión desde que mis padres compraron su primera ambulancia en 1978". Reconoce, eso sí, que no realizaba este trabajo "desde el traslado del viejo Hospital Central al HUCA".
Las jornadas son duras. "Trabajamos de siete de la mañana a once de la noche y después, hay que seguir organizando cosas. Además, participamos en los aplausos sanitarios. Creemos que es importante para animar a la gente y generar ilusión a muchas familias que lo están pasando mal con los niños en casa", explica Carlos Paniceres.
El presidente de la Cámara de Comercio de Oviedo se sincera: "Está siendo duro. Son muchos días combatiendo la pandemia y hay días mejores y días peores. Es una situación complicada, cada día es un reto; hay mucha ansidedad y mucho nerviosismo y sale lo mejor y lo peor de las personas".
Medidas de seguridad
Por suerte, ninguno de los 450 trabajadores de TRANSINSA se ha contagiado por COVID-19. El motivo lo explica Paniceres: "Fuimos previsores, dimos mucha formación a nuestros técnicos y tomamos medidas higiénicas preventivas antes de que explotase la pandemia; aunque lo más importante es lavarse mucho las manos", aclara.
Sin embargo, su profesión les pone ante el peligro cada día "porque hacemos más de 100 traslados diarios entre contagios posibles y confirmados; sabemos que estamos expuestos al riesgo, pero es parte de nuestro trabajo", reflexiona Paniceres. "Pesa más la profesionalidad y la responsabilidad que el miedo, que todos lo tenemos porque es una condición humana", añade.
Por eso, Paniceres toma medidas también con su familia. "Cuando llego a mi casa, llamo a mis dos hijas. Una está en Oviedo, pero no la puedo ver por seguridad. La otra está en Lleida estudiando medicina y se quedó allí, por responsabilidad, para evitar posibles contagios". También llama a sus padres, "que están algo delicados de salud". Ellos son los que iniciaron en 1978 el camino de TRANSINSA, una compañía en la que ahora, en plena crisis por el COVID-19, su consejero delegado trabaja como uno más.