Un asturiano en Kiev dos años después del arranque de la guerra: "Todos los días muere gente"

El ovetense Carlos Fernández colabora con la ONG 'Help To Ukraine'. Está impulsando varios proyectos en Ucrania, desde donde advierte: "Esto no puede convertirse en una rutina"

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Un asturiano en Kiev dos años después del arranque de la guerra: "Todos los días muere gente"

Borja García

Oviedo - Publicado el - Actualizado

2 min lectura

Hace dos años desde que comenzó la Guerra de Ucrania. Y con ello, todo el horror que vino después. Miles de personas que huyeron de las bombas. Es difícil concretar cifras exactas de cuántos refugiados ucranianos llegaron al Principado. En Asturias se han tramitado cerca de 1900 solitudes de protección temporal. Muchos asturianos se volcaron en aquellos meses. Carlos Fernández es uno de ellos. Es ovetense, forma parte de la ONG 'Help To Ukraine' y precisamente atiende a COPE Asturias desde Kiev.

Viaja varias veces al año a Ucrania para seguir ayudando a los habitantes del país. Ahora está enfrascado, dentro de la ONG, en dos proyectos. Uno consiste en llevar robots médicos para ayudar a la gente que está cerca del frente, a los civiles que no se pueden desplazar para ir al médico porque los bombardeos les permiten meterse en carretera. Otro proyecto consiste en el desminado de muchos pueblos. Explican a los habitantes de esos pueblos cómo actuar cuando se encuentren una mina o un explosivo.

Porque la guerra sigue. En Kiev, la vida no es del todo habitual en una ciudad de ese tamaño, como explica Carlos Fernández: "La situación es normal hasta que suenan las alarmas. Cuando suenan, la gente corre a los refugios y hay nervios. Pero si no fuera por eso, la vida continúa. No es vida normal, pero sí prácticamente. El peligro sigue. Hay bombardeos diarios, envían drones kamikaze y misiles... El riesgo sigue existiendo. No tanto en Kiev, pero sí en otras zonas".

¿Qué pasó con los refugiados que llegaron a Asturias?

La ONG con la que colabora Carlos ayudó a 60 españoles a salir del país una vez que la Embajada ya había cerrado. También a más de 700 ucranianos, muchos de ellos rumbo a Asturias. Dos años después es difícil hablar de una tónica general de lo que ha pasado con todos los que fueron llegando: "Los españoles no han regresado y los ucranianos se han establecido en el sur de España y en el Levante o se han ido a otros países. Nosotros lo que más sacamos era gente mayor, niños y mujeres. Y la mayor parte han regresado. El conflicto se ha desplazado hacia otras zonas".

No hay luz al final del túnel

El conflicto se ha cronificado y enquistado. Y que pese a que los tanques llevan dos años en las calles, la solución no parece cercana: "No se vislumbra un final. Desgraciadamente lo que se vislumbra es que va camino de estancarse y de convertirse en algo a lo que no nos tenemos que acostumbrar. La gente sigue sufriendo, sigue muriendo gente todos los días, sigue habiendo mujeres, niños, gente mayor sin posibilidad de desplazarse, que está en los pueblos del frente y que necesitan ayuda".

Por eso, Carlos Fernández hace un llamamiento desde el corazón de Kiev: "Me gustaría hacer un llamamiento porque tenemos solidaridad y apoyo, pero no nos tenemos que acostumbrar a esto. Tenemos que seguir ayudando. No puede convertirse en una rutina".

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