OBESIDAD

El paso que debes incluir en tu receta de fabada para que sea más saludable: "Una tradición en Asturias"

Edelmiro Menéndez Torre es el jefe del Servicio de Endocrinología y Nutrición del HUCA y preside el Comité Local del 65º Congreso SEEN, que reúne a 1.300 profesionales en Asturias

Yolanda Montero

Oviedo - Publicado el

3 min lectura

      
      
             
      

La obesidad se ha convertido en una preocupación creciente para la sociedad médica y, en regiones como Asturias, se observa una de las tasas más elevadas de esta enfermedad en España. La obesidad no solo es un problema estético, sino que acarrea graves consecuencias para la salud, incluyendo enfermedades cardiovasculares, diabetes y problemas articulares, entre otras.

La obesidad no es solo el resultado de un estilo de vida, sino que refleja hábitos y costumbres profundamente arraigados en la sociedad asturiana, como la mala alimentación y la falta de ejercicio físico. 

Según el endocrinólogo asturiano Edelmiro Menéndez, que ha pasado por los micrófonos de COPE Asturias, “la situación actual es un reflejo de que no hacemos suficiente ejercicio, comemos más de lo que necesitamos y no tomamos suficientes verduras”. Estos factores combinados resultan en un incremento del peso corporal y, en muchos casos, en una tendencia hacia la obesidad.

EFE/ Paco Paredes

Una cocinera asturiana prepara guisos tradicionales

El 'truco de la abuela' para aligerar la fabada

Asturias, al igual que otras regiones del país, se enfrenta a la dificultad de romper con costumbres alimenticias tradicionales que, aunque sabrosas, no son las más saludables. Menéndez lo explica claramente: “Tomar alimentos con alto contenido calórico es casi una tradición en Asturias. Todos sabemos que son comidas contundentes, con demasiada grasa, y ahora lo recomendable es sustituirlas por opciones más verdes y saludables”.

En el Principado, los platos típicos son muy contundentes, pero las legumbres siguen siendo saludables. El endocrino advierte de que "el problema está en las carnes acompañantes, como el chorizo y la morcilla, que aportan mucha grasa".

Sin embargo, el truco de la abuela es cocer el compango aparte y luego añadirlo a la fabada. Esto reduce la grasa, ya que "parte se queda en el agua de cocción". Así, se consigue una versión más ligera de este tradicional plato asturiano, según Menéndez.

      
             
      

La obesidad infantil

A pesar de que no se ha detectado un crecimiento significativo en la tasa de obesidad en Asturias en los últimos años, tampoco hay una disminución destacable, especialmente en los niños. Los estudios recientes muestran que la obesidad infantil en la región se mantiene estable en comparación con años anteriores. 

“Gracias a Dios, los datos se mantienen, porque los niños que son obesos hoy serán adultos obesos mañana. Sin embargo, ahora estamos mejor en este aspecto, y la obesidad está más presente en las personas de mayor edad”, subraya el doctor Menéndez.

COPE Asturias

Congreso SEEN en Oviedo

Nuevas soluciones farmacéuticas

En la lucha contra la obesidad, el mercado farmacéutico ha comenzado a ofrecer soluciones innovadoras. Existen nuevos medicamentos que muchos especialistas consideran revolucionarios por su capacidad para reducir el apetito, facilitando así la pérdida de peso para quienes buscan mejorar su salud. 

      
             
      

El endocrinólogo Menéndez destaca los resultados positivos de estos tratamientos: “Lo que hacen, que ya es bastante, es reducir el apetito, y esto facilita mucho el proceso de adelgazamiento. Además, los ensayos clínicos han mostrado resultados muy buenos”.

Uno de los puntos más preocupantes para los expertos en nutrición que participan en el 65º Congreso SEEN que se celebra en Oviedo,  es la correlación entre la obesidad y el nivel socioeconómico. 

La obesidad no afecta por igual a todas las capas sociales, y se ha detectado una mayor incidencia en las personas de ingresos más bajos. “Las personas con ingresos más altos tienen una tasa mucho menor de obesidad, mientras que las personas con menos ingresos y en situaciones más vulnerables son las que presentan tasas más elevadas”, afirma Menéndez.

      

Este patrón es alarmante porque subraya la influencia de factores sociales y económicos en la salud pública. Las personas con menores recursos suelen tener un acceso limitado a alimentos saludables, mientras que las opciones más económicas y accesibles suelen ser las menos recomendables desde el punto de vista nutricional.