Violencia de género

Mujeres víctimas de violencia de género: "si no hubiese denunciado, hoy estaría muerta o inválida"

María Auxiliadora Díaz, magistrada de violencia de género, pide que al igual que se publica la foto de la asesinada, "también se publique las fotos de los asesinos"

Javier Benítez

Gran Canaria - Publicado el

3 min lectura

      
      
             
      

La violencia de género continúa siendo una de las mayores lacras de la sociedad, una realidad que no distingue edad, clase social ni ubicación geográfica. En Canarias, esta problemática ha dejado huellas imborrables, tanto en cifras oficiales; 85 fallecidos desde que hay datos, dejando a la comunidad en quinta posición en el país como en los testimonios de las víctimas que continúan luchando por sobrevivir, y en algunos casos en reconstruir sus vidas. 

En Herrera, en COPE Gran Canaria, hemos escuchado algunos de ellos. Desgarradores. El caso de maría José Ferreira, quien sufrió agresiones brutales por parte de su expareja que ella llama, "mi verdugo", incluso la llevó a estar ingresada en la UCI con cuatro costillas rotas. Su historia refleja las complejidades de esta relación, "incluso lo perdoné, eliminé las medidas de protección", pero reincidió. Ella reconoce que "mirando por el retrovisor, debería haber tomado medidas cuando me controlaba". Si me ponía maquillaje, me preguntaba dónde iba y con quién".

"cuando conté mi caso, Mi familia me rechazó"

María José llegó a Gran Canaria animada por su agresor, se vio atrapada en un ciclo de manipulación. Su expareja le propuso abrir un restaurante en Gran Canaria y ella, que procedía de una familia con una "posición económica holgada" así lo hizo, pero el tiempo demostró que, esos "detalles encantadores" escondían a un agresor en potencia, "me dejó  con una deuda astronómica", asegura. Además, a esto se le sumó el rechazo de su familia agravando su sufrimiento y aislamiento y me comentaron que sí "quería un plato de comida que acudiera a Cáritas". Su caso es un grave recordatorio de cómo el control y la dependencia emocional son a menudo los primeros signos de escalada de violencia.

Otro relato estremecedor es el caso de Fayna Bethencourt, quien también compartió su experiencia con Javier Benítez, Ella denunció que la "vergüenza" fue uno de los mayores obstáculos a romper "era una persona muy conocida por mi paso por el programa de televisión", además reconoció que "cuando una está en una relación, no se da cuenta; tienen una cara encantadora, arrastran masas y te enamoras de ese monstruo".

"Si no llego a denunciar, quizás hoy estaría muerta"

Fayna enfatizó que, de no haber denunciado, quizás "hoy estaría muerta o inválida o viviendo constantemente con un maltratador". Además, hizo un llamamiento para que el gobierno tome más medidas, "en mi caso, lo buscaron porque todo el mundo sabe quién soy, pero hay mujeres anónimas a las que no se dan un apoyo real y no se busca a su agresor".

Por Herrera en COPE Gran Canaria pasó María Auxiliadora Díaz, magistrada del juzgado número 2 de Violencia de Género, quien destaca que a pesar de que se ha hecho mucho "la sociedad entiende que la violencia contra la mujer es algo reprochable y las mujeres ponen las denuncias porque ven que el sistema funciona", no obstante asegura que "queda mucho por hacer, como modificar el convenio de Estambul, poner el foco contra la violencia de la agresión sexual o acoso sexual, la mutilación sexual, los matrimonios forzados y donde a que incidir en la dependencia económica de la mujer.·"

      
             
      

"hay que publicar la foto de los asesinos"

Díaz también subrayó un aspecto poco discutido: "siempre se muestra el rostro de la mujer asesinada, pero nunca del asesino, me encantaría ver los rostros de los agresores, para que no queden en el anonimato". También se mostró contundente sobre la llamada ley del Solo Sí es Sí, asegurando que siendo una normativa necesaria "se cometió un error garrafal en la retroactividad de la norma porque esto va en contra de los avances logrados".

El testimonio de estas mujeres y la reflexión de los expertos, nos recuerdan que la violencia de género no es solo un problema individual, sino estructural. Urge, por tanto, una respuesta mayoritaria y vertebradora que incluya recursos en educación temprana para prevenir conductas machistas y una profunda revisión de las políticas para evitar retrocesos.

María José y Fayna, con su valentía, no solo alzan la voz por ellas mismas, sino por toda la mujer que aún no encuentra el camino para salir del círculo de la violencia. Sus historias son una llamada para seguir focalizando el problema y no mirar hacia otro lado.