SUCESOS

El complicado rescate de un pozo de dos menores en Lanzarote: "El impacto tuvo que ser brutal"

Expertos aseguran que los dos jóvenes tuvieron suerte al jugar varios factores a su favor

Redacción COPE Gran Canaria

Gran Canaria - Publicado el - Actualizado

2 min lectura

El rescate de dos jóvenes de 16 y 17 años que cayeron a un pozo a una profundidad de 10 metros ha causado gran revuelo por las circunstancias que les rodearon y la fortuna de que los propios jóvenes pudieran dar la voz de alarma. Los especialistas en la materia aseguran que todas las circunstancias se pusieron a su favor para que la historia terminara bien. Pero no dejan de hacer hincapié en la gran imprudencia que ambos cometieron.

El gerente del consorcio de Seguridad y Emergencias del cabildo de Lanzarote reconocía su asombro en Herrera en COPE Gran Canaria porque la caída no tuviera más consecuencias. “El impacto tuvo que ser brutal”, dice Enrique Espinosa, especialmente para el joven, que cayó primero, siguiéndole la chica, cuya caída se vio amortiguada por el cuerpo de su acompañante.

Ambos estaban disfrutando del carnaval que se celebraba a unos 400 metros, cuando se desplazaron hasta el lugar del suceso, en una zona de molinos de agua, donde creyeron encontrar lo que era un habitáculo cerrado. Pero el joven cayó por un agujero debido a la baja visibilidad y sus gritos alertaron a la joven que se precipitó por el mismo punto. Ambos se quedaron inconscientes a consecuencia de la caída, aunque, afortunadamente, ella se recuperó y pudo llamar para dar la voz de alerta.

A los bomberos también les sorprende que a esa profundidad hubiera cobertura. De no haber sido así, estas personas habrían permanecido abajo, al menos hasta que alguien les diera por desaparecidos y se activara el dispositivo de búsqueda. Esta es otra de las circunstancias que jugo a su favor dentro de lo que Espinosa considera una gran imprudencia, que “generó una situación de riesgo”.

El rescate no fue fácil

El rescate no fue fácil. El agujero no era muy ancho y tenían que sacarlos con la máxima seguridad para evitar agravar posibles dolencias. El primero al que extrajeron fue al joven, que es de los dos, el que sufrió heridas más graves. Para ello se montaron unas cuerdas y picas, utilizando un colchón de vacío, que se le ajustó. Hasta 8 bomberos participaron en el operativo que duró dos horas, tras las cuales, se les trasladó al hospital José Molina Orosa, de la capital conejera, donde permanecen ingresados.

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