AGRICULTURA

La agricultura de La Graciosa sin agua: “Nos extinguimos”

La sequía y los problemas en la red de suministro está afectando a los cultivos de la isla

Carla Larrabeiti

Gran Canaria - Publicado el

2 min lectura

      
      
             
      

Pequeños agricultores de La Graciosa denuncian que les cuesta mantener sus cosechas por la falta de agua. Señalan que durante 14 semanas tan solo han podido tener 6 horas de agua, algo insuficiente para su producción. 

En Herrera en COPE Canarias hemos viajado hasta la octava isla y hemos hablado con un pequeño agricultor. Antonio García, dice que ellos no son propietarios de los terrenos, porque pertenecen al Estado, por lo que están en una concesión durante un periodo de tiempo determinado.

Cuenta que lo normal, era que les dieran agua dos veces por semana para regar sus cultivos. Esto se ha ido reduciendo en un día, hasta hoy, “que en 14 semanas, hemos tenido 6 horas de agua. Es decir, desde mediados de julio o final de julio, estamos sin agua”.

Antonio señala que por mucho depósito o almacenaje que tengan, el agua se acaba acabando. “Esto es algo que afecta a 30 implicados, son 30 concesiones y en lo que más nos repercute es en autoconsumo y en la pérdida del patrimonio.

La agricultura es la gran desconocida para muchos visitantes y residentes de Canarias. “Es una cultura que mucha gente desconoce como que La Graciosa tiene una zona agrícola. Si cortamos el suministro de agua, desaparece una parte de la historia y del patrimonio cultural de la isla”, añade.

Antonio García cuenta que además en la isla hay dos tipos de cultivo: “Uno es el de la época: que es los cebollinos, las papas y demás, que es la temporada ahora, que no podemos plantar porque evidentemente, no hay agua. El otro, gracias al clima que tenemos, a pesar del viento, pues puedes cultivar un poquito de todo, entonces haces autoconsumo de tomates, cebollas, pimientos, berenjenas… de todo lo que es de la zona y que es de la época”.

      
             
      

Este pequeño agricultor cuenta que debido a los problemas con el suministro de agua, desde la pasada primavera, ha dejado de cultivar papas, porque no le vale la pena. Además, se está pensando en poner o no el cebollino “ya que si no le salen, voy a sufrir porque veo cómo se están muriendo”.

Relata que él, junto a otros agricultores, han decidido usar garrafas de agua, para que sus cultivos sobrevivan de alguna manera, pero que no es suficiente. “Somos conscientes de que La Graciosa es la más pequeña y dependemos de Lanzarote, que es la que más cerca tenemos. Pero estamos aislados, evidentemente hacemos nuestros cultivos para lograr cierta autosuficiencia, pero con la sequía que estamos sufriendo, eso va a ser imposible”.

Concluye pidiendo que tomen cartas en el asunto y que les ayuden, porque no hay un relevo generacional. “Los que estamos no somos jóvenes y evidentemente no va a entrar nadie para sustituirnos. Con esta perspectiva que tenemos, la agricultura es una cosa que va a desaparecer. Ya tenemos el ejemplo de la pesca, que ha desaparecido entre los jóvenes. Esto acaba siendo una pérdida cultural y patrimonial de la isla”.