sociedad
Las carreras ilegales toman el control de Arafo
Los vecinos están cansados de las imprudencias que cometen los conductores
Tenerife - Publicado el - Actualizado
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Conducir por la carretera TF-523, también conocida como la subida de Los Loros, se ha convertido en una ruleta rusa para los vecinos de Arafo. Cada domingo, al caer la noche, esta serpenteante vía del sur de Tenerife se transforma en el escenario de peligrosas carreras ilegales que ponen en riesgo la vida de quienes circulan por ella.
Adalberto es uno de los residentes más afectados y relata cómo cada domingo por la noche la situación se vuelve insostenible, con hasta 70 coches en apenas 35 minutos. A pesar de las denuncias presentadas ante diversas autoridades, incluyendo al Defensor del Pueblo y el Diputado del Común, asegura que las respuestas han sido nulas. Comenta que estas carreras son organizadas y cuentan con "vigías" que alertan a los conductores cuando las patrullas se aproximan, permitiéndoles escapar sin consecuencias. Del mismo modo, también señala que las autoridades no han tomado medidas efectivas para detener este fenómeno, que es un peligro constante para la comunidad.
Un accidente anunciado
Imagínate salir de casa y encontrarte de frente con un coche que dobla la velocidad permitida, invadiendo el carril contrario. Esto lo ha vivido en más de una ocasión Karem Contreras, vecina de la zona. "Los domingos son un caos, con conductores que no respetan límites de velocidad, mientras que la policía muchas veces no actúa a tiempo o responde con indiferencia". Karem menciona que incluso su madre ha contactado con el alcalde de Arafo, quien se limita a decir que el problema es competencia del Cabildo y la Guardia Civil. Esta situación, en su opinión, es un claro fallo de coordinación entre las autoridades.
Autoridades sin acción
Arnaldo, representante de la asociación vecinal "El Carmen se mueve", denuncia la pasividad de las autoridades frente a las carreras ilegales que afectan la vida cotidiana en Arafo. Señala que los fines de semana, la situación es tan grave que las guaguas de turismo y los cazadores evitan circular por la carretera de Los Loros. Por otro lado, recuerda haber sido testigo de cómo los propios participantes de las carreras organizan el tráfico, simulando ser policías para que nadie interfiera. "El Ayuntamiento, sea competencia suya o no, debe proteger los intereses de los vecinos", reclama, exigiendo que las autoridades actúen de una vez por todas.
Una carretera sin ley
La falta de vigilancia y las constantes excusas por parte de las autoridades han hecho que esta carretera se convierta en un circuito sin control. Mientras tanto, los vecinos continúan atrapados en una pesadilla, obligados a encerrarse en sus casas los fines de semana para evitar accidentes fatales.
Soluciones que no llegan
Los vecinos proponen medidas sencillas como el uso de drones o controles de velocidad, pero la respuesta oficial es mínima. Para ellos, la situación ha alcanzado un nuevo punto de desesperación del que no esperan salir en el corto plazo.