CULTURA
El Corpus Christi de Mazo, arte efímero vertical
14 arcos confeccionados con materiales naturales adornan el recorrido del Santísimo en el municipio palmero
Tenerife - Publicado el
2 min lectura
El Corpus Christi de la Villa de Mazo es una de las festividades con más arraigo de La Palma, una celebración que se ha mantenido en su fecha original, el jueves posterior a la Santísima Trinidad, antes de que la reforma litúrgica lo trasladase al domingo. Este 2024, además, las casualidades del calendario hacen que coincida con el Día de Canarias.
14 arcos se levantan en las calles del casco histórico del municipio este 30 de mayo, a modo de altares donde se expondrá al Santísimo Sacramento durante la solemne procesión. Pasillos y tapices completan el recorrido entre arco y arco. Todo ello, confeccionados con pétalos, flores, plantas y semillas.
Los arcos se han instalado entre el martes y el miércoles, y quedarán expuestos hasta este domingo, 2 de junio, el día propio del Corpus Christi.
28 años diseñando arcos
Orlando Rodríguez es una de las personas referentes en la fiesta. Lleva 28 años diseñando los arcos florales, desde que finalizó sus estudios universitarios, concretamente. Pero su interés viene desde niño: “En el colegio nos enseñaban a recoger flores y materiales, y a participar en el Corpus. Todo eso me gustaba, y ya luego me incorporé al tema de los diseños y la elaboración de los arcos”, cuenta a COPE Canarias.
Actualmente, Orlando diseña los arcos de los barrios de Montes de Luna, Tigalate, Malpaíses y Monte. Años atrás, también diseñaba los de Tiguerorte y el del Colegio Princesa Arecida.
Su elaboración ha ido variando con el paso de las décadas: “Antes se hacían solo con piezas de madera gracias a la carpintería municipal y luego se fue innovando con metales que nos han posibilitado usar piezas volumétricas que compaginamos con la madera”. Agradece, además, el trabajo de los “buenos profesionales del Ayuntamiento, que nos han permitido cumplir con los diseños año tras año”.
El Corpus de Mazo sigue atrayendo cada año a cientos de visitantes para admirar sus arcos verticales, pero el reto está en que la tradición se mantenga en el futuro. “La gente mayor sí se ha mantenido, pero falta involucrar un poco a las nuevas generaciones, dar el toque para que los jóvenes intenten participar más, quizás encauzarlo a través del colegio”, opina Orlando.