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La crítica de Juanjo Ramos: “El Tenerife-Amorebieta fue una falta de respeto a la afición”
Un partido denso y lento que recordó durante 80 minutos a un partido de pretemporada
Tenerife - Publicado el - Actualizado
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Sin nada en juego, más allá del dinero para estirar un poquito su tope salarial, el Tenerife fue incapaz de mostrar la competitividad mínima necesaria para que desterráramos de nuestras cabezas la idea de que les daba igual el partido. Ante un limitado Amorebieta, no tiró a portería ni una sola vez en la segunda parte.
Lo más cerca que estuvo de empatar fue el tiro al poste de Roberto López, en una acción que no se produjo fruto del empuje y dominio de un equipo superior que perdía en casa. Ni por los necesarios cambios introducidos por su entrenador para mejorar. Fue una acción aislada.
Mientras ese triste espectáculo se desarrollaba sobre el césped, en la grada la gente bostezaba y se miraba con caras de “esto es lo que hay”. De la esperanza, la ilusión y la euforia del principio a la preocupación luego, el enfado más tarde y la resignación, pura y dura, en estas dos jornadas finales.
Pero como perder nunca puede dar igual, acabaron escuchándose pitos y salió la gente del Heliodoro Rodríguez López planteándose si aquello merecía la pena. Y ahí está la clave: el daño a la imagen del club. Que los jugadores no estén a la altura es indignante. Que su entrenador no consiga, como sí lograba Luis Miguel Ramis la temporada pasada, mantener unos niveles mínimos de funcionamiento y competitividad, confirma los diagnósticos sobre su incapacidad para seguir dirigiendo al equipo blanquiazul.