La plantilla del Tenerife no cree en Pepe Mel

No hay sintonía entre Pepe Mel y la plantilla del CD Tenerife. Aunque la profesionalidad y el compromiso de los pesos pesados evitará que lo dejen caer, resulta ya inevitable ocultar el divorcio entre los jugadores y el todavía entrenador blanquiazul. 

El método Mel ha naufragado en la Isla. Al profesional madrileño hay que reconocerle que lo ha intentado de todas las formas posibles. Quizás de demasiadas. Es una de las quejas de un grupo de futbolistas que ya no saben a qué se juega. Con cuatro defensas, con tres centrales, sin bandas naturales, con ellas, presionando más arriba, queriendo el balón o no... El Tenerife ha sido un sinsentido.

“Con Óscar (Cano) competíamos mejor”, se ha llegado a escuchar en un vestuario completamente abatido por los resultados. Sin confianza, los jugadores han tenido que escuchar como cada semana el técnico se despachaba a gusto. “Los que juegan son ellos, yo solo intento ayudar”, ha dicho. “Éramos una patera contra un trasatlántico”, verbalizó tras caer goleados en Granada.

Los penaltis fallados, los errores en las áreas... Siendo conscientes de que son ellos los que juegan, los profesionales blanquiazules esperaban un guía que les aportara confianza y una idea de juego. Pero se han encontrado con un técnico más preocupado por otros asuntos. “En la semana del Albacete no ensayamos ni una vez con Maikel (Mesa) de falso nueve”, cuentan desde el vestuario. Mel no quería que trascendiera tal posibilidad a la prensa.

Las contradicciones están a la orden del día. Álvaro Romero no tenía “el alta competitiva” para el técnico, pero dos semanas más tardes jugó casi una hora contra el Zamora. Ese día reservó a Tomeu Nadal, titular en las dos jornadas anteriores, pero el domingo en Córdoba devolvió la titularidad a Salvi Carrasco.

Otra de las cuestiones que no se entienden en la plantilla es la apuesta por la cantera y sus giros. Ahora le toca el turno a los veteranos y desaparecen sus dos grandes apuestas: Dani Fernández y Aarón Martín. Este último también fue reservado en la Copa del Rey y no tuvo minutos en el Nuevo Arcángel. Allí acudió el Tenerife con solo dos laterales puros. Pero a Mel no se le ocurrió mirar al filial para convocar a alguno.

La última gran pérdida de crédito del entrenador blanquiazul se vivió con su actitud en la charla de José Miguel Garrido. Muchos en el vestuario piensan que el técnico debió al menos sugerir que no era el momento. E incluso intervenir cuando la intervención del máximo accionista giró hacia lugares inadecuados.