Virgen de Candelaria

Fiesta de Candelaria: "María es el gran signo de la victoria del amor"

El obispo de Tenerife preside en la Villa Mariana una celebración atípida en la Asunción de la Virgen

Fiesta de la Candelaria 2020

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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La Villa Mariana de Candelaria ha vivido este 15 de agosto de 2020 una celebración inédita en el día grande en honor a la patrona de Canarias. Y es que este año no se ha podido contemplar la tradicional estampa de miles de peregrinos en torno a la Basílica. Los devotos han optado, siguiendo las recomendaciones, por escalonar sus visitas al templo y respetar escrupulosamente las medidas de aforo, higiénicas y de seguridad, evitando las aglomeraciones. “Las circunstancias no nos han permitido celebrarla como otros años, pero aquí estamos, pidiéndole a nuestra Madre la gracia de hacer siempre el bien”, señaló el obispo de Tenerife durante la solemne misa.

La jornada comenzó en el pórtico principal de la Basílica, donde Bernardo Álvarez saludó y recibió al representante de S.M. el Rey, que este año recayó en la persona de Carlos Palacios Zaforteza, teniente general jefe del Mando de Canarias. Posteriormente, dio comienzo la Eucaristía, que fue cantada por la Coral Villa de Candelaria y por la Orquesta de Cámara Las Candelas.

En la misa estuvieron presentes diversas autoridades públicas, entre ellas, el presidente del Gobierno de Canarias, Ángel Víctor Torres; el presidente del Parlamento de Canarias, Gustavo Matos; el presidente del Cabildo Insular de Tenerife, Pedro Manuel Martín; la alcaldesa de Candelaria, María Concepción Brito; el delegado del Gobierno en Canarias, Anselmo Pestana, así como varios alcaldes y representantes de otros municipios.

El obispo inició su homilía señalando que este 15 de agosto, como han realizado infinidad de generaciones a lo largo de la historia, "nos presentamos ante la Virgen María como su prima Isabel para decirle 'bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre'".

Seguidamente, monseñor Álvarez indicó que en la imagen de Nuestra Señora de Candelaria se ejemplifica lo que dice el libro del Apocalipsis: "María vestida de sol, es decir de Dios; María, que vive totalmente en Dios, está rodeada, iluminada por la luz de Dios. Esta mujer vestida de sol es el gran signo de la victoria del amor y del bien. Es nuestro gran signo de consuelo”.

El prelado continuó resaltando una idea en la que suele hacer hincapié. “La Virgen María no es una imagen como esta de Nuestra Señora de Candelaria, sino una persona viva que camina con nosotros en el día a día de la vida”.

Por otro lado, Álvarez destacó la maternidad de María. “Ella es nuestra Madre en el orden de la gracia. Y esta maternidad perdura sin cesar. Como proclamamos en la liturgia de la Iglesia, la Virgen María, desde su Asunción a los cielos, acompaña con amor materno a la Iglesia peregrina, y protege sus pasos hacia la patria celeste, hasta la venida gloriosa del Señor”.

El prelado concluyó su mensaje con unas palabras cargadas de esperanza. “La fiesta de la Asunción de María que hoy celebramos es una llamada para todos nosotros, especialmente para los que están afligidos por las dudas y la tristeza y miran hacia abajo, para quienes no pueden levantar la mirada. Miremos hacia arriba, el cielo está abierto. No infunde miedo, no está distante porque en su umbral hay una madre que nos espera: la Virgen María. Ella camina con nosotros, nos ama, nos sonríe y nos socorre con delicadeza”.

Monseñor Álvarez concluyó su intervención animando a los fieles congregados en el templo a entonar el canto de “Santa María del camino”. La celebración finalizó con la lectura de la oración a la Virgen en tiempos de pandemia, una plegaria escrita por el papa y que vio la luz el pasado mes de abril.

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