Madrid - Publicado el - Actualizado
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La Parroquia de Nuestra Señora del Rosario de Fátima, en Güímar, se prepara para reanudar las misas con fieles a partir del 11 de mayo, siempre y cuando Tenerife entre ese día en la fase 1 de la desescalada.
El calendario ha querido que la comunidad se encuentre de inmediato, una vez se abran las puertas del templo, con la fiesta de su titular, el próximo 13 de mayo. Ante esto, la Parroquia ha dispuesto una serie de normas para cumplir con la directriz de que solo pueda asistir a los cultos un tercio del aforo de la iglesia.
Lo más destacado de esas medidas es que será imprescindible apuntarse por correo electrónico para poder asistir a la misa en honor a la Virgen. Los interesados deberán hacerlo antes del 8 de mayo en el correo n.s.rosariodefatima@gmail.com. No se podrá anotar a más de una persona y, cuando esté completa la lista —el aforo del templo quedará reducido a 35 personas—se comunicará por correo y por Facebook las personas que pueden asistir. En todo caso, la Eucaristía se retransmitirá en directo por la página de Facebook de las Comunidades Parroquiales de Güímar.
A partir de ese 13 de mayo habrá otras normas a cumplir durante la fase 1 de la desescalada. El aforo de 35 personas, que se ampliará en la fase 2 al 50 %, se materializará en dos personas por cada banco, con una separación de 1,5 metros entre ellas. Además, se dejará un banco ocupado y el que le sigue sin ocupar, así hasta el final.
Los días de misa, el templo se abrirá a las 5 de la tarde para controlar el aforo y habrá una persona en la puerta encargada de ello. A la entrada se desinfectará el calzado en una alfombra con desinfectante y se ofrecerá gel hidroalcohólico para las manos. Acto seguido, un miembro de la comunidad parroquial ubicará a los fieles en los bancos que estarán destinados para ocupar. El baño de templo estará inutilizable durante el estado de alarma.
Durante la Eucaristía solo habrá una persona en el coro y no se repartirá hojas de cantos. La colecta y donaciones se depositarán en un sobre en un buzón que se colocará en el altar mayor.
Finalizada la misa, se establecerá la salida ordenada de la iglesia, evitando agrupaciones de personas en la puerta. Por último, se realizará la limpieza y desinfección del templo una vez finalizado los actos litúrgicos.