Patrimonio

10 imágenes que no te puedes perder de la Semana Santa de Tenerife

De la escuela andaluza a la canaria, pasando por imaginería americana: así representaron los escultores a Cristo en su Pasión

ctv-0ye-portada-cristo-misericordia-los-silos

Redacción digital

Madrid - Publicado el

7 min lectura

Pese a no ser una de las más reconocidas a nivel nacional, la Semana Santa en la isla de Tenerife se celebra cada año con fervor y con un esmero exquisito de quienes dedican mucho de su tiempo a preparar todo lo necesario para revivir la Pasión de Cristo.

Entre las muchas procesiones que se distribuyen por toda la isla, se pueden apreciar no pocas imágenes con una belleza y una calidad artística que poco tienen que envidiar a otros puntos de la geografía española. Ya sea de escultores locales o por envíos desde el continente, Tenerife puede presumir de poner en la calle cada año a pasos procesionales de primera categoría. Enumerarlos a todos sería casi imposible y siempre puede parecer injusto dejar a alguna fuera, pero COPE hace una lista de las 10 imágenes imprescindibles de la Semana Santa tinerfeña (tanto por valor artístico como devocional) ordenadas cronológicamente, de acuerdo al relato de los evangelios.

La Santa Cena (Garachico)

Está documentado que en 1629 se realizó por primera vez una procesión con el paso de la Santa Cena el Jueves Santo por la noche desde la parroquia de Santa. Sin embargo, el conjunto que ha llegado hasta nuestros días fue realizado varias décadas después por el imaginero gomero Francisco Alonso de la Raya, con la más que probable aportación de su discípulo Blas García Ravelo.

El paso se compone de los doce apóstoles y una imagen de Jesús, de mayor tamaño, que sustituyó a la original a finales del siglo XX, realizada por Ezequiel de León. La escena representa la última cena de Cristo con sus discípulos antes de su muerte y sigue saliendo en procesión la noche del Jueves Santo, así como al día siguiente en la Procesión Magna.

Santísimo Cristo a la Columna (La Orotava)

Se trata de una excepcional talla, obra del imaginero sevillano Pedro Roldán entre los años 1686 y 1688. El canónigo Francisco Leonardo de Guerra la donó en 1689 a la parroquia de San Juan Bautista. Está considerada como una de las mejores imágenes del barroco en Canarias por su exquisita anatomía. Representa a Jesucristo en el momento de recibir los azotes atado a una columna.

En Semana Santa procesiona el Jueves Santo por la noche junto a la Virgen de Gloria, San Juan y María Magdalena. Durante el trayecto se le cantan malagueñas, siendo el momento más esperado la entrada en la plaza del Ayuntamiento a los sones del Adiós a la Vida, una adaptación a marcha procesional de la ópera Tosca.

Señor de las Tribulaciones (Santa Cruz de Tenerife)

El Señor de Santa Cruz goza de una veneración especial en la capital de la isla. Se atribuye su autoría a la escuela quiteña del siglo XVIII, pero fue donado en 1802 al convento franciscano de San Pedro de Alcántara, actual parroquia de San Francisco de Asís.

Su particularidad reside en que es una imagen de busto de un Ecce Homo, no de cuerpo entero, ejecutada en una técnica mixta de pasta de maíz y telas encoladas. Se le tiene por protector de la ciudad tras atribuírsele el cese de una epidemia de cólera-morbo en 1893.

Su procesión más importante tiene lugar el Martes Santo por la noche por las calles del barrio de El Toscal, donde se le canta y se le realizan alfombras en su honor. También integra el cortejo de la Procesión Magna del Santo Entierro, el Viernes Santo.

Gran Poder de Dios (Puerto de la Cruz)

Conocido cariñosamente como el Viejito, es una imagen de Cristo pensante, con la iconografía del Señor de la Humildad y Paciencia, solo que vestido. La talla, de autor anónimo pero traída desde Sevilla a finales del siglo XVII, tenía como destino la isla de La Palma, pero por error fue desembarcada en el antiguo Puerto de La Orotava. En varios ocasiones se intentó volver a embarcar para llevarlo a su destino, pero por diversos percances fue imposible. Finalmente, quedó al culto en la parroquia de Nuestra Señora de la Peña de Francia.

Sale en procesión el Miércoles Santo y el Viernes Santo en la Procesión Magna del Santo Entierro.

El Nazareno (Los Realejos)

Fue realizada por el manchego Martín de Andújar en su taller de Garachico en 1637 por encargo de los hermanos de la Tercera Orden de San Francisco, del convento de Santa Lucía de El Realejo. La imagen representa a Jesús cargando con la cruz camino del Calvario y destaca por su portentosa mirada que pide compasión.

Tras la desamortización del convento de Santa Lucía, fue trasladado a la parroquia matriz del Apóstol Santiago, donde se venera y desde donde procesiona en tres ocasiones: el Domingo de Ramos por la tarde, el Viernes Santo al mediodía en la Procesión del Encuentro, y ese mismo día por la noche en la Procesión Magna.

El Nazareno (Icod)

Su ejecución data también de 1637 tras un encargo del cura de Icod a Martín de Andújar para que realizara una talla similar a la del Nazareno del Realejo. De hecho, se le puede considerar “gemelo” a este, destacando también por su potente mirada y su inclinación por el peso de la cruz.

Siglos atrás, las fiestas mayores de Icod se realizaban en su honor, trasladándose hasta el Calvario. Actualmente sale en la Procesión del Encuentro desde la parroquia de San Marcos a las 5 de la madrugada, un momento muy esperado por los fieles de la ciudad. Por la tarde hace lo propio en la Procesión Magna.

Cristo de la Expiración (Güímar)

Este Crucificado, de tamaño inferior al natural, es una imagen de bronce fundido con pátina negra, de ahí que se le conozca como el Cristo Negro. Data de finales del siglo XIX de un taller italiano. En torno a este Cristo hay mucha leyenda que no se ajusta a la realidad, como que está vinculado a los templarios por tener grabado en el dorso el número 1.301, lo que, supuestamente, haría referencia a su data original.

Se traslada el Jueves Santo desde el Calvario hasta la ermita de San Juan y desde allí baja en un vía crucis el Viernes Santo de madrugada hasta la parroquia de Santo Domingo de Guzmán, en el casco de Güímar. Sale por la tarde en la Procesión Magna junto al resto de pasos de la Semana Santa y regresa el Sábado Santo a su templo. Hasta 2013 lo hacía el Domingo de Resurrección, pero se cambió el día por no corresponder con la liturgia de ese día.

Santísimo Cristo de La Laguna (San Cristóbal de La Laguna)

Es la imagen cristífera más venerada de toda Canarias. No se sabe a ciencia cierta cómo llegó a la Ciudad de los Adelantados, pero las investigaciones del profesor Francisco Galante Gómez han revelado que fue esculpido en Louis Der Vule hacia 1514 en los Países Bajos, llegando a Venecia y, posteriormente, pasando por Barcelona y Cádiz, donde se expondría al culto en Sanlúcar de Barrameda antes de llegar definitivamente a Tenerife.

Este Crucificado, ya muerto y con la sangre brotando del costado, sale a la calle en la emblemática Procesión de Madrugada del Viernes Santo, donde se van meditando las Siete Palabras de Cristo en la cruz en los diferentes templos de La Laguna y cantándole malagueñas, antes de llegar a la Catedral. Ese mismo día por la tarde, participa en la Procesión Magna, antes de regresar a su Santuario.

Santísimo Cristo de la Misericordia (Los Silos)

Junto al Señor a la Columna de La Orotava, se le considera la mejor talla barroca existente en toda Canarias. Domingo Martínez de la Peña lo atribuyó al andaluz Francisco Ocampo y, por los inventarios de la Cofradía de la Vera Cruz y Misericordia, se sabe que llegó a la parroquia de Nuestra Señora de la Luz después de 1625 y antes de 1632.

Cualquier perspectiva es idónea para contemplar a este Crucificado, destacando la anatomía de su espalda y los pliegues del paño de pureza. Recorre las calles de Los Silos al atardecer del Viernes Santo en la Procesión Magna.

Santísimo Cristo de los Dolores (Tacoronte)

Conocido como el Cristo de Tacoronte, es una de las imágenes con mayor devoción en Tenerife. Atribuida a Domingo de Rioja, llegó desde Madrid en 1661 gracias a Tomás Perera de Castro, pero levantó recelos por tratarse de una iconografía del Varón de Dolores: Jesucristo abrazado a la cruz y con las cinco llagas en su cuerpo, aplastando además una calavera en torno a la cual hay una serpiente con una manzana en la boca.

Finalmente, la imagen adquirió una gran devoción, hasta tal punto que las fiestas principales de Tacoronte se realizan en su honor. En Semana Santa pasa más desapercibida, aunque procesiona el Domingo de Ramos desde su Santuario, el antiguo convento de San Agustín.