Diócesis
Álvarez pide en el Domingo de Ramos "por los enfermos y por quienes dan el callo para contener la pandemia"
El obispo nivariense presidió la primera gran celebración de la Semana Santa a puerta cerrada desde la Catedral
Madrid - Publicado el - Actualizado
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La Diócesis de Tenerife hacelebrado este 5 de abril el Domingo de Ramos de forma inédita. La Catedral de La Laguna, al igual que muchos templos de esta Iglesia que peregrina en La Palma, La Gomera, El Hierro y Tenerife, ha iniciado esta Semana Santa a puerta cerrada y sin fieles, debido al estado de alarma por el coronavirus.
El obispo, Bernardo Álvarez, ha presidio la solemne Eucaristía del Domingo de Ramos desde el principal templo de la Diócesis, solo acompañado de las personas necesarias tanto para celebrar como para emitir a través de los medios digitales.
Álvarez comenzó su homilía mostrando el programa de actos previsto para esta Semana Santa en la ciudad de La Laguna. “En todas las parroquias de la Diócesis hay programas similares a éste. En todos ellos se recogía lo que pensábamos hacer públicamente. Sin embargo, nos ha tocado vivirla desde casa, de otra manera. Se cumple eso que siempre recordamos, que las cosas que hacemos por la Iglesia hay que hacerlas en espíritu y en verdad”.
El prelado saludó de forma especial a las personas mayores, a los niños y a los enfermos. “Hacemos presente su sufrimiento y dolor y pedimos por su pronta recuperación. Asimismo, pedimos por los que están dando el callo para que esta pandemia se frene”.
Monseñor Álvarez recordó que en este día, estamos invitados a entrar en la Semana Santa. “Hemos de ahondar en la fidelidad al Señor para que nuestros propósitos no sean luces que brillan momentáneamente y luego se apagan. Comenzamos a vivir esta Semana Santa diferente, pero en el fondo celebramos lo mismo, la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo”.
En relación a la lectura de la Pasión proclamada, el obispo invitó a todos los diocesanos a la reflexión contemplativa como si fuéramos un personaje más del Evangelio. “¿En qué momento de nuestra vida estamos?”
Álvarez exhortó a quienes seguían la transmisión a realizarse esta pregunta para posteriormente indicar que en este Domingo de Ramos se concretan cuatro aspectos.
“El primero es que estamos ante un relato histórico. En segundo lugar, presenciamos un relato escandaloso. Contemplamos un signo que trasciende su significación visible. El ajusticiado no responde con violencia a la violencia. El ajusticiado trata de mostrarnos el amor de Dios que lo que quiere es que nos convirtamos y vivamos. Y también contemplamos un misterio. Dios parece indiferente al daño que le hacen a Jesús. Pero realmente lo que hace es convertir el dolor de Jesús en medicina. Sus heridas nos han curado. La Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo, es la medicina para la humanidad”.
El obispo continuó señalando que este relato de la Pasión puede incitar al ateísmo. “Si Dios existe, ¿cómo puede tolerar este sufrimiento de su hijo?, nos podríamos preguntar. En esa perspectiva, la muerte de Jesús nos puede llevar a la incredulidad. Es similar a lo que estamos viviendo estos días. A través de esta pandemia nos podemos preguntar, ¿dónde está Dios?, ¿Cómo es que Dios no interviene? Pero también la lectura de la Pasión y contemplar a Jesús sufriente, puede llevarnos a la fe. Cristo murió por nosotros para nuestra salvación. Sí interviene Dios, pero no como a veces queremos las personas que actúe. La acción de Dios no pasa por la venganza, sino que actúa resucitando al Hijo, perdonando a los que lo crucificaron. Esto sí que nos puede llevar a la fe y a la confianza en Cristo”.
En otro momento de su homilía, el prelado recordó la vivencia de fe del centurión. “Cuando Jesucristo muere, el centurión comprueba que hay como un terremoto y proclama: en verdad este hombre era hijo de Dios. Los signos reflejan que aquel de la cruz era quien había dicho”.
Álvarez insistió que ante estos acontecimientos que marcan nuestras creencias en Dios, no nos podemos quedar como meros espectadores, como si esto fuera ajeno a nuestra existencia. “Este relato tiene que ver con nuestras vidas. Tenemos tiempo estos días para pensar y hacernos esta cuestión: Si yo fuera una de las personas que aparecen en la Pasión, ¿quién sería? ¿Uno de los que huyen? ¿Judas que no duda en entregar a su maestro? ¿Quizás ese violento que con su espada quería evitar que crucificaran a Jesús? ¿Uno de los que lo escupen y desprecian?”
Al hilo de esta reflexión, el obispo expresó que todos los días tenemos comportamientos similares a los que vemos en el relato proclamado. “Mentimos, envidiamos…Estos días de confinamiento debemos estár atentos porque el espíritu del mal nos tienta para que no brote de nuestro corazón la paciencia. Cada uno debemos vivir la Pasión en nuestro ámbito. La pasión de los enfermos, la de los que cuidan de ellos, la de quienes pasan necesidad, etc. Preguntémonos de qué lado estamos. De los que sufren, de los que padecen, o de los que con nuestras palabras y actos hacen sufrir a los demás”.
Álvarez hizo un llamamiento a que en estos días tomemos como ejemplo el consuelo de la Virgen María. “Todos podemos ser consuelo para los demás. La Pasión de Jesucristo tiene que ver con nuestra vida. Cada vez que ayudamos a alguien, estamos ayudando a Jesús. Por lo tanto, debemos cultivar ciertas actitudes: pedir perdón, dar gracias a Dios y participar en la Pasión de Jesucristo llevando la cruz que nos toca”.
El obispo mostró su deseo de que en este tiempo ayudemos a cargar el sufrimiento de los demás. En este sentido, destacó profundamente la labor de los sanitarios que cumplen con su deber, aún a riesgo de sus propias vidas. “Que Dios ponga amor en sus corazones para que sean como el cirineo”.
Por último, Álvarez señaló que también cada uno de nosotros somos cirineos cuando por ejemplo, apoyamos a Cáritas. En este sentido, recordó que este primer domingo de mes, la colecta para Cáritas no se pudo realizar de la forma habitual. Pero, sin embargo, invitó a quien lo desee a colaborar con esta entidad a través de una donación bancaria. En la parroquia virtual de obispadodetenerife.es y en la web caritastenerife.org se especifica las diferentes vías de colaboración.
El obispo concluyó recordando su idea inicial. “Que estos misterios no sean una cosa que vemos desde lejos. Metámonos dentro. Dios nos ha salvado en Cristo”.