Diócesis
“El efecto de la Resurrección se manifiesta en personas dispuestas a arriesgar su vida por la de los demás”
El obispo de Tenerife celebró la solemne Vigilia Pascual desde la Catedral
Madrid - Publicado el - Actualizado
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El obispo de Tenerife, Bernardo Ávalrez, celebró en la Catedral de La Laguna la noche santa de la Resurrección. Al comienzo de la misma, la estampa en el templo era similar a la de todo este tiempo de confinamiento. Bancos vacíos y puertas cerradas. Pero eso no fue impedimento para que esta fiesta de la Pascua rebosara alegría. La Vigilia Pascual, culminación y centro de la vida cristiana, es la noche que rompe el silencio de la muerte. Y así lo proclamaron las campanas del principal templo de la Diócesis a las diez de la noche. Un gesto que se repitió en toda nuestra Iglesia particular, en los templos donde fue posible.
El obispo centró su homilía en la liturgia de la noche y en la historia de la Salvación. En el mundo tendrán luchas, pero tengan valor, indicó el prelado recordando las palabras de Jesús. Asimismo, hizo referencia al libro La alegría de creer, de la francesa Madeleine Delbrêl. Esta obra recoge un hermoso poema titulado El nuevo día, que fue recitado por el prelado nivariense. Un canto a la presencia activa de Cristo en cada uno de nosotros.
Tras recitar el poema, el obispo señaló que el efecto de la Resurrección de Cristo se manifiesta en tantas personas que, como Madeleine Delbrêl, mujer mística y a la vez activista social, con ánimo renovado y renovador, trabajan y luchan por anunciar e instaurar el Reino de Dios en la historia.
“El efecto de la Resurrección se percibe en tantas personas libres y liberadoras que, con un corazón compasivo y misericordioso, solidario y generoso, no viven para sí mismas, sino para Aquel que por nosotros murió y resucitó”.
“Se manifiesta en personas que —continuó Álvarez—, como estamos viendo estos días, arriesgan su salud y hasta su propia vida, para cuidar de los enfermos y para frenar la expansión de esta pandemia que nos afecta. El efecto de la Resurrección de Cristo, se manifiesta en personas que tocadas por «el poder de la resurrección», «buscan las cosas de arriba, no las de la tierra» y, en consecuencia, llevan una vida alejada del pecado, de la impureza, del egoísmo y de la mentira. Personas que llevan una vida pacífica, honrada, austera, fraterna, edificada sobre la justicia, la misericordia, el perdón, el espíritu de servicio y la generosidad”.
Al finalizar la celebración, que fue transmitida por los medios digitales de la Diócesis y por Mírame TV, se compartió un vídeo de felicitación pascual desde diferentes puntos de nuestra Diócesis.