Diócesis

Martes Crismal: "Un día para felicitarnos porque estamos ungidos para siempre por el Espíritu"

El obispo de Tenerife consagra el crisma y bendice los óleos en la Catedral ante el clero de la Diócesis

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Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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La Catedral de Nuestra Señora de los Remedios volvió a congregar este Martes Santo a un numeroso grupo de presbíteros de toda la Diócesis para celebrar la Misa Crismal, donde los sacerdotes renovaron las promesas que realizaron en el día de su ordenación.

La Misa Crismal es una de las principales manifestaciones de la plenitud sacerdotal del obispo y signo de la unión estrecha de los presbíteros con él. Tradicionalmente, en nuestra Diócesis, se celebra el martes y no en la mañana del Jueves Santo, para facilitar la presencia del clero.

En la celebración, el obispo de Tenerife consagró el santo crisma que se emplea para el bautismo, la confirmación y la ordenación sacerdotal, y bendijo los óleos de los catecúmenos y de los enfermos.

En la eucaristía, además, se pidió por los curas fallecidos desde la última Misa Crismal, seis en total: José Enrique Martín, Agustín Yanes, Vicente Cruz, Jorge Manuel Fernández, Antonio Damián Herrera y José Ventura.

Por otro lado, se dio gracias por aquellos sacerdotes que cumplen este año sus bodas de plata y oro en el ministerio presbiteral. En este sentido, están celebrando 25 años de ordenados Víctor Manuel Oliva, Jorge Díaz, Macario Manuel López, Domingo Miguel González, José Emiliano Rodríguez y también el diácono permanente, Celso González. Por su parte, cumplen bodas de oro Santiago Domingo Albertos, Antonio Gómez y Esteban Bolívar.

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En su homilía, monseñor Álvarez destacó que este Martes Crismal es un día para felicitarnos por diversas razones. “Felicitarnos por nuestra fidelidad y perseverancia en la fe y el seguimiento del Señor. Felicitarnos porque, el Señor sigue haciendo su obra en nosotros, purificándonos y renovándonos constantemente. Felicitarnos porque estamos ungidos por el Espíritu y esto es para siempre. Es una huella indeleble en nosotros, una huella que imprime carácter”, señaló.

Posteriormente, el prelado nivariense desgranó la importancia de las respuestas a las preguntas que se formulan en el día de la ordenación sacerdotal. En este sentido, señaló que todo esto es lo que está detrás de las dos cuestiones que se ponen de relieve hoy para renovar las promesas sacerdotales. “Son solo dos preguntas y vamos a decir 'sí quiero', por dos veces. ¿Pero qué es lo que queremos? No basta responder, 'sí quiero' como fórmula litúrgica. Es necesario que esta celebración nos impulse por la gracia de Dios, a reavivar de una manera operativa en nuestra vida de cada día, el don que hemos recibido y que está en nosotros”.

Por último, el obispo invitó a los presentes a orar por las vocaciones: “Los sacerdotes son de todos y para todos. Hemos de promoverlos, cuidarlos, por la oración, por el amor, con nuestra voluntad de apoyo. No va a haber vocaciones si no hay jóvenes cristianos. Ahí está nuestra tarea de cada día, en la familia, en la catequesis, con los niños y con los jóvenes que el Señor pone en nuestro camino”.