Semana Santa

Tenerife recupera las grandes procesiones en el Domingo de Ramos

Del júbilo en la entrada en Jerusalén por la mañana se pasa al recogimiento de la Pasión por la tarde

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Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Aunque en los últimos días ya ha habido algunas procesiones a modo de anticipo, el Domingo de Ramos marca el pórtico de la Semana Santa y, con él, el inicio de las grandes manifestaciones de piedad popular, que tras dos años de ausencia vuelven a las calles de toda la geografía isleña.

Las celebraciones de este día se dividen de manera clara en dos partes. Por un lado, en la mañana del Domingo de Ramos se recuerda la entrada triunfal de Jesucristo en la ciudad de Jerusalén a lomos de un pollino, como relatan los evangelistas. En Tenerife, prácticamente todos los municipios cuentan con una imagen alusiva este momento. Lo habitual es que protagonice la primera procesión del día, que es litúrgica, es decir, dentro de la propia celebración de la eucaristía, como introducción a ella. En La Orotava, por ejemplo, el paso del conocido como Señor de la Burrita sale desde el colegio de María Auxiliadora hasta la parroquia de la Concepción, donde continúa la misa con la lectura de la Pasión según San Lucas. En el Realejo Bajo, parte desde el santuario del Carmen hasta la Concepción. Siempre se comienza con la bendición de ramos de olivo y palmas.

En otros lugares, la procesión litúrgica se realiza sin ninguna imagen procesional. Es el caso de La Laguna. El obispo nivariense preside la celebración del día, que se inicia en la capilla de las Siervas de María, donde se realiza la bendición y la lectura del evangelio que recuerda lo que se conmemora el Domingo de Ramos. En la Catedral sigue la solemne eucaristía y es a su término cuando sale en procesión el paso de la Entrada Triunfal de Jesús en Jerusalén, acompañado por su cofradía.

La otra parte de este día viene por la tarde. Y es que, en realidad, una vez termina la procesión litúrgica de las palmas, la Iglesia se centra en la Pasión del Señor y se deja atrás el regocizo por la entrada en Jerusalén. Por eso, las procesiones del Domingo de Ramos por la tarde tienen un carácter totalmente diferente. A medio camino, estaría, no obstante, la procesión del Señor Predicador y la Magdalena, en La Orotava, donde además se engalanan las calles con romero, poleo y otras hierbas aromáticas.

Precisamente, en La Orotava tiene lugar una de las grandes procesiones de la jornada: la del Señor del Huerto y la Dolorosa, que salen de la iglesia de San Francisco al atardecer y en medio de una gran solemnidad. Este año, su hermandad ha decidido acortar el recorrido ante las dificultades que puede suponer portar a hombros unos tronos tan pesados como estos con mascarilla.

En el mismo valle orotavense sale a la calle otra imagen destacada de cuantas procesionan en Tenerife. Se trata del Nazareno de la parroquia del Apóstol Santiago, en el Realejo Alto, tallado en 1637 por Martín de Andújar. Lo porta a hombros su cofradía franciscana.

En La Laguna destaca la estación de penitencia que realiza desde la Concepción la Cofradía del Señor de la Sentencia y Ntra. Sra. de la Amargura, portando el primero de los pasos por costaleros, al estilo andaluz. También sale por la tarde el Cristo de las Tres Caídas desde San Juan.

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Traslado del Cristo de la Misericordia al oratorio de los Ponte (Garachico)

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Traslado del Cristo de la Misericordia al oratorio de los Ponte (Garachico)

Por su parte, en Garachico se realiza una de las tradiciones más curiosas de la Semana Santa tinerfeña. Minutos después de llegar la procesión del Huerto y la Virgen del Consuelo a la parroquia de Santa Ana, varios sacerdotes conducen a toda prisa y alumbrado por varios faroles al Cristo de la Misericordia hasta el oratorio particular de la familia Ponte. Un acto que se realiza desde hace siglos y que tuvo su polémica por tratarse de una imagen de la parroquia que se deposita en una casa privada. El Cristo de la Misericordia es un excelente crucificado que en Semana Santa procesiona como Señor DIfunto. Este Domingo de Ramos se lleva cubierto totalmente con un terciopelo negro. Solo se podrá admirar en su urna el Viernes Santo, cuando regrese del oratorio de los Ponte junto a la Soledad y participe en la Procesión Magna desde Santa Ana, aunque este año será la Procesión del Santo Entierro, con menos imágenes.