Está haciendo turismo en Cantabria y este australiano no puede contenerse con el tiempo: "¿Esto es España?"
El país se ve desde fuera como el lugar donde siempre hay sol y calor, pero la inmensidad de la península deja lugares en los que el ambiente cambia
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Cantabria no será infinita, pero tiene en el mar y en sus montañas dos enormes termostatos que convierten su geografía en todo un mosaico climático. Eso puede sorprender a un turista cuando llega a España y conoce esta comunidad en comparación con otras, como le sucede a este australiano que reacciona de una manera particular.
Como quizá ya sabrás, Cantabria es una región española que se caracteriza por su gran variedad de paisajes. Desde las montañas de los Picos de Europa hasta las playas del mar Cantábrico, pasando por los valles verdes y los pueblos con encanto. Esta diversidad también se refleja en su clima.
Debido a la influencia de la corriente del Golfo, que aporta aguas cálidas al mar Cantábrico, Cantabria disfruta de temperaturas mucho más suaves que las que podrían corresponderle por su latitud. La región presenta un clima atlántico templado, con una pluviosidad media y temperaturas suaves todo el año.
Dicen los manuales que Cantabria tiene un clima oceánico, templado y húmedo, característico de las regiones occidentales de Europa. Pero esa clasificación no soporta un análisis detallado de precipitaciones y temperaturas en una región que, en la práctica, alberga tres diferentes.
El tiempo
Toda la fachada marítima, desde la costa hasta la divisoria de la cordillera Cantábrica, forma un bloque de clima oceánico, con temperaturas suaves y lluvia todo el año, inviernos fríos y veranos frescos. Pero la influencia del mar va perdiendo fuerza a medida que surgen las primeras elevaciones montañosas.
De esta forma se divide el clima en dos mitades: la costa y el cinturón interior, con más lluvia y temperaturas más drásticas. El mar Cantábrico hace que sea muy difícil bajar de cero grados en la costa, pero un poco más al interior sí que ven muchos más días al año esos números en los termómetros.
Lo mismo que sucede con las temperaturas altas, donde en Santander es difícil ver más de 25 grados, mientras que en el interior llegan a tener hasta 60 días así. También las precipitaciones van aumentando hacia el interior a medida que se va ganando altitud. Pero en esa división de la que hablábamos, la lluvia se reduce de forma radical.
Las borrascas entran desde el oeste y el volumen de precipitación aumenta con la altitud, pero curiosamente no son los Picos de Europa donde más llueve. Ese privilegio pertenece a las montañas pasiegas. Además, en la zona de Liébana tienen un clima que se asemeja incluso al mediterráneo y que nada tiene que ver con el resto.
Este australiano no puede contenerse
Pero la parte más turística se enfoca más hacia el mar, sobre todo en verano. Esta zona de la península es adorada por muchos por ser casi un refugio del calor extremo que se puede encontrar en la mayor parte de España. A este australiano le llama la atención el tiempo que se encuentra, como enseña en el vídeo.
El mar suaviza las temperaturas, tanto en el invierno como en el verano, aunque a medida que vamos hacia el interior los extremos se agudizan. Este turista que se encuentra en el Cabo de Ajo también se encuentra bastante viento, ya que en ese punto de la región se registran fuertes rachas por su peculiar situación.