Esta es la historia de Marta, la presa indultada gracias a la Cofradía de la Merced: "Por 1.500 €"
Tras haber cumplido las tres cuartas partes de su condena, disfruta de la libertad con el objetivo de ayudar a otras reclusas
Santander - Publicado el - Actualizado
2 min lectura
No había cumplido 50 años cuando Marta cometió el delito que la llevó a la cárcel. Falsificó una firma para poder cobrar 1.500 euros, “por 1.500 € entré en la cárcel” cuenta con resignación en COPE.
Pasó 22 días en la cárcel de El Dueso, en Santoña, y el resto de los 495 días hasta cumplir las tres cuartas partes de su condena, las ha pasado en casa, en libertad condicional debido a su invalidez. “En este sentido han sido muy benevolentes conmigo” reconoce.
Marta recuerda que aquellos días en prisión fueron duros. Su invalidez la convirtió enseguida en el blanco de las mofas y risas de otras presas. “Hay peleas por nada, es la ley del más fuerte” recuerda.
Hace unos meses, su trabajador social, Fernando, le llamó para preguntarle si quería pedir el indulto. “Me dijo que tenía muchas posibilidades dado el tipo de delito y lo que ya había cumplido de condena”. Marta le dio las gracias y le contestó que igual mejor pedir el indulto para otra presa que lo necesitara más. “Yo al fin y al cabo estoy cumpliendo la condena en casa” le dijo.
Al final Fernando la convenció y, a través de la Archicofradía de la Merced de Santander, se tramitó la petición de indulto para Marta. Es un proceso largo y complejo en el que hay que pedir informes al juez, al fiscal, a las partes implicadas y a Instituciones Penitenciarias.
AYUDAR A OTRAS RECLUSAS
El pasado 19 de marzo, el Boletín Oficial del Estado, publicaba el nombre de los seis presos indultados por el Gobierno y, entre ellos, estaba el suyo. “Me eché a llorar” reconoce Marta, quien no pudo compartir su alegría con una familia muy disgregada y agradece a Fernando todo lo que ha hecho por ella durante estos meses. “Ha sido mi ángel de la guarda. Le agradezco su sonrisa, su estar pendiente de mí, su empeño porque participara en cursos…”
Marta reconoce que lo que le ha pasado es un milagro que le ha hecho recuperar la fe, una fe que perdió cuando murió su madre. Ahora, la vida le ha dado una nueva oportunidad y quiere aprovecharla. “Quiero tomarme un café con los responsables de la Archicofradía de la Merced y ofrecerme para trabajar con las presas de El Dueso”, dice con humildad. “No soy muy, muy, pero tengo estudios universitarios y en la cárcel hay presas que no saben ni multiplicar”.
Este año no podrá procesionar con quienes han hecho posible que su libertad le haya llegado antes de lo esperado: ha dado positivo en gripe y Covid, pero no lo descarta, si la salud se lo permite, en años venideros.