La vaca por lo que vale. Conoce la intrahistoria de cómo se fraguó el traspaso de Peque al Sevilla

Este 11 de julio el Racing 24-25 ha echado a andar con ilusiones renovadas, en lo que será su tercera campaña consecutiva en Segunda División. La pretemporada verdiblanca se llevará a cabo en las Instalaciones Nando Yosu de La Albericia, sin la presencia de Gerard Fernández, "Peque".

El delantero catalán ya estaba el miércoles por la tarde en la capital hispalense, ilusionado con dar el salto a la Primera División; el Racing hizo oficial el jueves por la mañana el "principio de acuerdo" (a falta de que el jugador superase el pertinente examen médico) por el traspaso de Peque al Sevilla.

A pesar de que ninguno de los clubes reconoce los términos del acuerdo, lo que está claro es que el jugador no va a tener que acudir a la sede de LaLiga con el cheque de los 4 millones de su cláusula de rescisión para poder jugar en el Sevilla; el traspaso de Peque es un acuerdo entre clubes, por valor de su cláusula de rescisión.

NEGOCIACIÓN INTENSA:

Todo el mundo podría asumir que, en este tipo de acuerdos, las dos partes ceden para llegar a un entendimiento por el bien del jugador. Pero se puede decir que el Racing se ha mantenido en todo momento en una posición de fuerza (como manifestaron en cada comparecencia pública tanto Higuera como Ceria) donde rechazaban cualquier tipo de entendimiento que no partiera del pago completo de la cláusula estipulada en el contrato de Peque.

Otra cosa es el modo de ese pago, si a tocateja o en una serie de plazos. Ahí es donde, por decirlo de alguna manera, el Racing ha cedido en parte en sus pretensiones; no ha exigido el pago inmediato de los 4 millones, sino que ha dado cierta facilidad (no toda, ni a la carta) a los hispalenses para abonar dicha cantidad.

PARTIDA DE PÓKER:

A pesar de que Peque (era un secreto a voces) había alcanzado hacía meses un acuerdo total y absoluto con el Sevilla para formar parte esta campaña 24-25 del club andaluz, el Racing no estaba dispuesto a "regalar" a uno de los principales activos de su plantilla, al que le quedaba solo un año de contrato.

Precisamente el Sevilla jugó esa carta claramente, haciendo ver al Racing que podía esperar perfectamente un año y contar con Peque completamente gratis a partir de la próxima temporada, la 25-26. Pero los máximos dirigentes del Racing no se amilanaron, asumieron que, de forzarse la situación a tal extremo, contarían con Peque esta campaña a pesar de que el catalán se iría libre sin abonar ni un euro a las arcas verdiblancas. Este es otro Racing (sin esa sensación de debilidad negociadora de otros años más oscuros en lo económico), y como se suele decir en Cantabria, "la vaca por lo que vale"; si son 4 millones, son 4 millones.

La partida de póker, algo que ninguna de las partes querría que hubiera sucedido, se podría haber alargado hasta la última semana del mercado, con la temporada ya iniciada. Esta situación hubiera incomodado sobremanera al jugador, que deseaba incorporarse cuanto antes al nuevo proyecto sevillista, liderado desde el banquillo por su entrenador en las secciones inferiores del Barça, García Pimienta.

El Sevilla, consciente de que no le interesaba que el "culebrón" se extendiera en exceso en estos meses de julio y agosto, entendió que la postura de fuerza del Racing era muy difícil que flaqueara, y optó finalmente por asumir el acuerdo y pagar, aunque sea a plazos, la cantidad expuesta en el contrato de Peque para liberarle de su último año de compromiso con el Racing.