Amas de cría: una tradición de Cantabria a la que puso fin la aparición de la leche en polvo

Las Amas de Cría pasiegas eran jóvenes mujeres en edad de criar, que dejaban a sus hijos para marchar a diferentes partes de la geografía española, y ocuparse de los niños de otras madres, siempre de buena familia, que no podían o no querían criar a sus hijos.

Se trataba de jóvenes madres, entre 19 y 26 años, criando el segundo o tercer hijo, y en perfecto estado de salud, quedando descartada cualquiera que tuviera una mal formación física. Se preferían mujeres morenas porque se pensaba que transmitían mayor fortaleza a través de su leche, ha contado en COPE el presidente de la cofradía del museo de las amas de cría pasiegas, Alejandro Rivas.

Fernando VII las elegía al principio de la zona de Castilla-León, pero después pasó a seleccionarlas de la zona de los valles Pasiegos porque era una zona poco comunicada, con menor riesgo de llegada de enfermedades, y por su pureza de sangre, no había mezcla ni con judíos ni con musulmanes.

Durante más de un siglo el oficio las llevó a diferentes lugares de la geografía española donde eran reclamadas por la corona, la nobleza y la alta burguesía.

Tener una ama de cría era símbolo de poderío y riqueza, aunque la parte más culta de la sociedad de aquellos años criticaba esta práctica porque la consideraba una muestra de desapego hacia los hijos

Muchas regresaban años más tarde a sus hogares, cuando habían logrado reunir el suficiente dinero como para mejorar la economía familiar y ofrecer un buen porvenir a sus hijos y marido.

Se trata de una práctica que dejó de practicarse hacia 1940, debido en parte al cambio de modelo económico, pero también a la aparición de la leche en polvo, el pelargón, como producto de consumo más generalizado.

Una historia y unas tradiciones que se pueden ver en el museo de las amas de cría de Selaya junto al santuario de la Virgen de Valvanuz.

CORREOS EMITE UN SELLO EN SU RECUERDO

Correos ha presentado un sello dedicado a las Amas de Cría pasiegas, para rememorar el trabajo que realizaban estas mujeres de los Valles Pasiegos en el siglo XIX, cuando cuidaban y amamantaban a bebés de otras familias para sacar a las suyas adelante.

El sello postal, dentro de la serie Etnografía de Correos, se ilustra con una litografía titulada 'Pasiega de Vega de Pas, año 1872', donde aparece una pasiega con la ropa típica de la región, tapando con una sombrilla a un bebé que está descansando en una canastilla a sus espaldas.

El sello, del que se van a poner en circulación 124.000 ejemplares,se puede adquirir en las oficinas de Correos, a través Correos Market, contactando con el Servicio Filatélico en el e-mail atcliente.filatelia@correos.com o llamando al 915 197 197. La litografía que protagoniza el timbre está firmada por José Martí y Monsó (1840-1912), pintor español nacido en Valencia que se trasladó a temprana edad a Madrid para ingresar en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando, donde fue alumno de Federico de Madrazo.