Investigadores cántabros desarrollan una crema para tratar un tipo de cáncer de piel

El Linfoma cutáneo de células T es un cáncer poco frecuente que se manifiesta, en origen, como una lesión en la piel que permanece indolora de forma indefinida. Está causada por linfocitos T que se vuelven tumorales y que se establecen en la piel de forma permanente.

Con el paso del tiempo, estas lesiones progresan hasta llegar a ocupar una superficie muy extensa de la piel y formar lesiones cada vez más gruesas que desembocan en tumores con capacidad de diseminación.

En este momento estos linfomas tienen ya un mal pronóstico, acompañado además de una importante disminución de la calidad de vida de los pacientes. Pacientes que presentan grietas en la piel que se infectan y producen un fuerte picor crónico. Se trata de una enfermedad que puede llegar a causar la muerte del paciente en forma de sepsis.

El biólogo José Pedro Vaqué, investigador del IDIVAL, lleva diez años trabajando en conocer mejor esta enfermedad. Y este trabajo, con un equipo multidisciplinar, ha dado sus primeros frutos. Han conseguido desarrollar una crema de uso tópico que se aplica directamente sobre la mancha, el tumor, y consigue remitir la enfermedad e incluso hacerlo desaparecer.

Una investigación larga y costosa, ha contado en COPE el profesor Vaqué cuyo objetivo ahora es comprender cuáles son los mecanismos a través de los cuales estos linfocitos T malignos pueden diseminarse al resto del cuerpo desde la piel y hacia la piel. Los investigadores trabajan también en proponer nuevos tratamientos para estadíos más avanzados de la enfermedad.

Para todos estos trabajos la financiación es fundamental y colaboraciones como la de la Asociación Luchamos por la Vida, donando a este proyecto de investigación parte de lo recaudado en su carrera anual contra el cáncer, es fundamental. “Luchamos contra proyectos de investigación que tienen detrás grandes inversiones privadas o públicas y en ocasiones es difícil mantener hasta al equipo de investigadores” lamenta José Pedro Vaqué.