¿Conoces la iniciativa Café Calor en las calles de Albacete?
Una iniciativa de Cáritas Albacete que pretende llegar a las personas que sin hogar para acompañarlas y guiarlas
Albacete - Publicado el - Actualizado
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Café Calor nace para entremezclarse con las historias silenciosas de aquellos que viven en la calle, un proyecto que ilumina la oscuridad invernal.
Se trata de una iniciativa solidaria de Cáritas Albacete. Más allá de las paredes del Centro de Atención Integral a Personas Sin Hogar, este proyecto anual se teje con hilos de compasión y se consolida como un faro de esperanza para aquellas personas que no tienen un hogar donde vivir.
¿A quiénes va dirigido?
Café Calor tiene un propósito claro: llegar a aquellos que han encontrado en las calles su hogar. Su enfoque se concentra en el casco urbano de Albacete, extendiendo una mano solidaria a quienes enfrentan las inclemencias del tiempo y las dificultades diarias de la vida sin hogar, tal y como nos explica en Cope Albacete, Ana López, coordinadora de programa de Cáritas Albacete. “Trata sobre todo de ofrecer un pequeño acompañamiento a las personas que duermen en la calle durante todo el año. Sus funciones fundamentales consisten detectar donde se encuentran estas personas, y establecer también ese contacto humano que va más allá de darles un caldito o café” explica.
A su vez, Ana destaca la preocupación de los voluntarios por el estado de salud de estas personas, más aún en esta época del año, cuando viven en la calle con temperaturas invernales.
Este proyecto no conoce de pausas
Es un esfuerzo constante que cobra especial relevancia durante los meses invernales. El invierno, y las bajas temperaturas, convierten a Café Calor en un refugio esencial, ofreciendo no solo calor físico sino también el abrazo reconfortante de la solidaridad.
¿Quiénes hacen posible Café Calor? Voluntarios, Cruz Roja y la Iglesia Evangélica
La magia de Café Calor se gesta gracias al compromiso de 15 voluntarios cuyos corazones laten al ritmo de la generosidad. En colaboración con Cruz Roja y la Iglesia Evangélica, el proyecto se convierte en un esfuerzo colectivo, multiplicando su impacto y llegando más allá de las fronteras de cualquier organización individual.
Patricia, voluntaria de Café Calor
A sus 24 años, Patricia forma parte de este programa desde hace aproximadamente 6 años. Con ellas descubrimos los lazos emocionales que llegan a crearse con estas personas. “Yo soy profesora, y un día conocí la historia de un profesor que vivía en la calle. Es muy complicado porque un día puedes ser tú, acabar en esas circunstancias es algo que también te puede tocar a ti. Normalmente, eso también les lleva a tener algún tipo de drogadicción o problema mental”, expresa.
Objetivos Claros para Transformar Vidas
Café Calor no solo es una distribución de alimentos; es un proyecto con metas definidas y humanas: