Pinar tres orejas generosas, Palacios una, Tendero herido

Brioso triunfo de Pinar con decepción de La Quinta

Pinar triunfa

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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La tarde de hoy es un buen resumen de la situación actual de los diestros anunciados. Rubén Pinar, el más rodado de la terna con mucha diferencia, consiguió un triunfo por ser el más listo de la clase, darlo todo en el ruedo y ayudado por una jornada triunfalista del respetable manchego y del presidente Cuesta. Además, Andrés Palacios estuvo mejor de lo esperado pese a que no torea casi nada mientras que Tendero tuvo una tarde aciaga. El encierro de La Quinta decepcionó por segundo año consecutivo en Albacete. Faltó casta, que únicamente tenía el sexto. Y es que no parecía un encierro de La Quinta, la verdad.

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El que no decepcionó fue el público manchego que, una vez más, ocupó unas dos terceras partes del abono en el cartel a priori más modesto del abono, lo que nos hace intuir que este año –y ya van unos cuantos- la riada de afición local sigue luciendo un aspecto envidiable y que ya quisieran por otros lares. Ahora bien, urge replantear el listón de la exigencia porque la concesión de trofeos sigue marcada por la velocidad en muñeca a en el momento de pedir y otorgar orejas.

Abrió tarde, y Feria, un toro que inicialmente apuntaba falta fuerza, Palacios inició con capotazos de tanteo, con una media verónica de interés. El astado recibió un puyazo trasero y caído, habiendo una rectificación de la puya, siguió empujando con un pitón, hubo un quite de Andrés donde anotamos una media con sabor. El santacoloma se dolió en los rehiletes, en un tercio poco lucido que fue un trámite. Se inauguró el tercio de muleta por bajo en tablas con la diestra, siguió en los medios, hubo una serie corta aprovechando el viaje, con mejor remate que inicio de pase. Otra diestra más entonado, por bajo, con remate mirando al tendido aunque hubo momentos de toreo algo despegado. Prosiguió con la zurda, donde hubo más dudas en la primera serie que en la segunda, de más relieve aunque cogiendo muleta por extremo del cáncano en lugar de por el centro. Con la diestra de nuevo serie más rotunda y con mejor colocación. Estocada trasera, contraria, tardó en caer, un golpe de descabello y se concedió una oreja con ajustada petición. Faltó remate, lógicamente, y haber toreado veinticinco tardes más… Con el cuarto, un toro que salió despavorido hasta en tres ocasiones nada más notar el hierro de la puya y que se dejó pegar, con un tercio de banderillas testimonial, hubo algún toque de muleta con la diestra, si bien es cierto que el toro salía rebrincado a mitad del muletazo, no terminando de haber acople con ese pitón. Con la zurda, aunque de uno en uno, extrajo algunos naturales desmayados que elevaron la temperatura de la labor, lástima que el final estético quedase emborronado por los cinco pinchazos hasta que se terminó echando el toro. Palacios adivina maneras de torero recuperable. Faltan festejos que ojalá le lleguen.

Porque festejos sí tiene, ¡y cómo los aprovecha Rubén Pinar! No es el torero más estético del escalafón, ni mucho menos, pero se las sabe todas y es el más listo de la clase. Su primero, segundo de la tarde, se le administró un puyazo trasero y empujó con un pitón, apuntando movilidad en banderillas. Hubo poca clase por parte del toro con la diestra aunque el rodaje de Pinar era evidente. Hubo menos limpieza con la zurda, con algún toque de muleta, pero el de Santiago de Mora fue a por todas y se sacó de la chistera una faena donde lo hizo todo el torero, obligando prácticamente a embestir al toro en cada lance, si bien toreando en paralelo. Se lanzó con el acero y cortó una oreja tras quedar la estocada baja. El nivel, ese nivel, y encima con la televisión. ¡Odo!

Pero el hambre de triunfo de Pinar siguió intacto y salió a por todas con el quinto, un bicorne que recibió un puyazo sin historia y que además se dolió en banderillas. Con la muleta asida con la diestra, dio dos series de circulares donde hubo algún enganchón, continuó toreando en paralelo con la diestra, dándose un arrimón de exposición abrochado con una gran estocada de fulminante efecto y, cuando se adivinaba que saldría a hombros mediante la fórmula una más una, el usía mostró el doble trofeo, protestado por parte de la afición manchega que aún queda en los tendidos. Ahora queda ver triunfar a Pinar por la vía del toreo más clásico, ese que también sabe hacer.

Finalmente, Miguel Tendero ha vivido tardes mejores en Albacete. La papeleta no era fácil y si salió más o menos bien en el caso de Palacios, cayó la cruz en el caso de Tendero. Y no sería por falta de ganas, ganas que a veces hacen atropellar la razón. El manchego inició porfiando con el capote, siguió un puyazo donde el toro empujaba con la cara alta y haciendo sonar el estribo. En banderillas vimos en este tercer toro el mejor tercio de la tarde, con saludo desmonterados de Rafael García y Julián Gómez. El trasteo muletero de Tendero resultó atropellado, sin poso ni reposo, lógico por otra parte, ya que el no torear a veces es una losa insalvable. Hubo desarme con la diestra, intentos con la zurda, en una labor larga e insustancial marcada además por el pobre juego del astado. Pinchó, estocada que provocó derrame y tres golpes del cachetero. Con el sexto, el toro más encastado de todo el encierro, que pasó menos que de puntillas por varas y banderillas y con el que hubo un recibo de capote algo atropellado, en un derrote donde el torero quedó descubierto mientras toreaba de muleta, fue prendido de fea forma viviendo momentos dramáticos que lamentablemente adivinan que había sido herido, cosa que finalmente se confirmó. Se negó a pasar a enfermería, se enfundó unos vaqueros, y con el apoyo de Pinar y el resto de la cuadrilla, finiquitó como pudo al astado, yéndose a la enfermería mientras recibía el cariño de su público.

Ficha del festejo

Primera de abono. Feria de la Virgen de Los Llanos. En tarde calurosa y con unos dos tercios de entrada se lidiaron seis toros de La Quinta, correctos de presentación, serios aunque con alguna desigualdad. Resultaron mansos y descastados la mayoría excepto el primero, noble que dio opciones, y el sexto, con poder que no era fácil.

Andrés Palacios, oreja y saludos desde el tercio tras aviso.

Rubén Pinar, oreja y dos orejas.

Miguel Tendero, silencio en ambos.

Se guardó un minuto de silencio al finalizar el paseíllo en memoria de Dámaso González. Se desmonteraron Rafael García, Julián Gómez, “Candelas, Víctor Martínez y Francisco Tornay.