Selmy, empleada de hogar: Tras años de sacrificio conquistan sus derechos
Llegó a España en el año 2006, y tras varios intentos fallidos en la hostelería descubrió su vocación como empleada del hogar
Albacete - Publicado el - Actualizado
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Detrás de cada hogar feliz, hay un corazón latiendo con amor, dedicación y sacrificio. Este corazón es el de las empleadas del hogar, quienes con su labor desinteresada, contribuyen al bienestar de innumerables familias.
Detrás de cada almuerzo caliente, de cada habitación ordenada y de cada sonrisa infantil, se encuentra el trabajo de muchas mujeres.
Mujeres como Selmy. Ella es de Colombia, donde trabajaba como vigilante de seguridad a la vez que cuidaba de su abuelo. Llegó a España en el año 2006, y tras varios intentos fallidos en la hostelería descubrió su vocación como empleada del hogar: “al llegar aquí lo intenté en la hostelería y vi que no era mi sitio. Y ya me dediqué a ser empleada del hogar. Fui criada por mis abuelos, entonces siempre he tenido ese cariño, esa admiración hacia las personas adultas mayores y empecé en la casa y como empleada de hogar”, explica.
Un trabajo subestimado
En ocasiones, las condiciones sociales y laborales en este sector distan mucho de ser consideradas dignas. Y su labor muchas veces pasa desapercibida. Sus sacrificios quedan en la sombra y su trabajo en muchas ocasiones se subestima, “lo que queremos en el futuro es que realmente nos valoren y sea algo aprobado a nivel de derecho, legal, como se tiene que decir. Y si hablamos de la jornada de una persona externa y la jornada de una persona interna, pues me parece algo injusto que prácticamente el salario sea casi igual”.
Avanzan en derechos "Estoy trabajando tres horas diarias, son 15 horas semanales"
Y aunque todavía queda mucho trabajo por hacer, recientemente, se reconoció legalmente el derecho al paro y a la protección frente al desempleo de estas personas. Y nos cuenta que a día de hoy se encuentra satisfecha con su situación: “yo ahora mismo, tengo todo en regla, lo que marca la ley. Con mis vacaciones, y con mis derechos como tal. Estoy trabajando tres horas diarias, son 15 horas semanales. Y tengo aquí, pues solamente trabajo días laborales, no trabajo fines de semana, festivos”, manifiesta Selmy.
Imagina por un momento el mundo sin ellas. Imagina la realidad de los hogares sin su presencia. Sería un mundo más desordenado, más frío y menos acogedor. Son estas mujeres, con sus manos y su corazón, las que transforman nuestras casas en verdaderos hogares de amor y calidez, dejando, a veces de lado, incluso sus propios sueños y a sus familias en un segundo plano
Recientemente, se reconoció legalmente el derecho al paro y a la protección frente al desempleo de estas personas. Sin embargo, quedan mejoras por conseguir como dejar de permitir que puedan trabajar en hogares con disponibilidad completa los siete días de la semana y las 24 horas al día o la prevención de riesgos laborales, entre otras.Y es crucial que tal y como manifiesta Selmy, se siga avanzando en derechos y reconocimientos.