200 mayores de Ciudad Real cantan "las zarzuelas de su vida"
Una actividad de musicoterapia organizada por la Concejalía de Servicios Sociales de la capital
Ciudad Real - Publicado el - Actualizado
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El “Pichi” de “Las Leandras”, el “Ay Ba” de “La Corte del Faraón”, "La Violetera" o el conocidísmo “Adios con el corazón”, han sido algunos de los fragmentos interpretados hoy, en el salón del Antiguo Casino de Ciudad Real, por más de 200 mayores de la capital que han participado en una sesión de musicoterapia que, en realidad, ha sido el ensayo general del concierto que tendrá lugar mañana.
Bajo la batuta del director de la Orquesta Filarmónica de La Mancha, Francisco Antonio Moya, y acompañados por la magnífica voz de la soprano María Rodríguez, estos mayores han cantado, interpretado y disfrutado de “la música de sus vidas”.
"Son zarzuelas muy conocidas, que están en la mente de todos ellos", ha destacado la concejala del área, Aurora Galisteo, quien señalaba que esta novedosa actividad está dentro de la programación de mayores de la Concejalía de Servicios Sociales que, junto al resto de cursos y talleres, ha contado con más de 800 solicitudes para este trimestre.
Por su parte, Francisco Antonio Moya ha puesto de manifiesto la importancia de "hacer partícipes de la música a las personas mayores, con los beneficios que ello conlleva, a nivel emocional, psicomotricidad, sentimental o de recuerdo", poniendo como ejemplo su propia experiencia.
“Mi madre es mayor, tiene demencia, y una de las cosas que mejor le viene todos los días es cantar conmigo al piano las canciones de toda la vida” apuntaba Moya.
Al director de la Ofman le ha acompañado María Rodríguez, una de las mejores intérpretes de zarzuela en España, quien ha cantado y entusiasmado a los participantes. "Escuchaba la zarzuela con mis abuelos en casa y creo que no hay mejor terapia para el alma que la música", ha señalado la cantante.
A este ensayo general le seguirá el concierto que tendrá lugar mañana jueves, a las 12.00 horas también en el Antiguo Casino, en la que los protagonistas serán esos dos centenares de mayores, a los que Francisco Antonio Moya animaba a "llevarse un almirez, una panderetas o unas castañuelas".