Un enfermero de Cuenca desvela el grave error que cometemos cuando dormimos en invierno y que perjudica nuestra salud
Se le conoce en redes sociales como Enfermero Jorge Ángel y explicaba por qué deberíamos deshacernos de este hábito antes de que sea muy tarde
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Ahora que ha llegado, parece ser que definitivamente el frío y estamos de cara al invierno (apenas falta un mes para que demos la bienvenida a la nueva estación), llegan también las enfermedades respiratorias.
Hablamos de gripe, coronavirus y resfriados comunes, que hacen que tengamos una grandísima sensación de malestar, dolor corporal, dolor de cabeza y, en muchas ocasiones, fiebre. Sea como sea, pueden llegar a ser enfermedades que te incapaciten y por las que tengas que faltar a tus obligaciones habituales.
Estas enfermedades, tan comunes en cada invierno, están llegando para quedarse al menos los próximos tres meses. Y, precisamente, para evitarlo, tendemos a tomar muchas vitaminas, cuidar más nuestra alimentación y abrigarnos cuando el frío ataca fuertemente.
Y esto último, por cierto, no solo lo hacemos en la calle, cuando vamos a trabajar, sino también en nuestras casas. Y es que, en ocasiones, también pasamos frío dentro de nuestras paredes.
Por eso mismo, cada invierno que se precie, nos compramos batas, pijamas excesivamente calientes, y optamos por estar en nuestra casa altamente abrigados. Sí, de la cabeza a los pies. Sin embargo, uno de estos hábitos no es, en absoluto, saludable.
Lo que no deberíamos hacer al irnos a dormir
A menudo, en invierno, tendemos a irnos a dormir abrigados de la cabeza a los pies, llevando calcetines para que nuestros pies no se queden fríos y poder conciliar el sueño tranquilamente. Sin embargo, no todo el mundo quiere optar por usar esta prenda a la hora de meterse en la cama.
Es, por decirlo de alguna manera, el eterno debate cuando llega el invierno. No todos creen tenerlo resuelto y, por eso, el Enfermero Jorge Ángel, así es como se conoce en redes sociales, ha dado la solución definitiva.
Él, a través de su cuenta de TikTok, confesaba cuál es la manera correcta de hacerlo. Para empezar, comenzaba diciendo que hay opiniones desde ambos puntos, pero que hay una manera correcta para no sufrir problemas de salud.
“Dormir con calcetines hace que la piel transpire menos, y por lo tanto, aumenta la humedad. Es el caldo de cultivo perfecto para hongos, bacterias, ácaros...” comenzaba diciendo.
Y la cosa no quedaba ahí. “Además, también aumenta el mal olor. Por lo tanto, es mejor dormir sin ellos. Pero ojo, hay personas que tienen los pies muy fríos y los calcetines les pueden ayudar” explicaba.
Por eso mismo, hablaba de que, en casos en los que es necesario llevar calcetines para dormir, hay un tipo muy concreto para mejorar la salud. “Hay que elegir tejidos naturales, como algodón o hilo. E intentar evitar que queden en la costura demasiado apretados” decía.
La razón por la que esta casa de Albacete está tan barata
20.000 euros. Ese es el precio por el que se vende esta casa que está ubicada a 70 kilómetros del centro de Albacete. Nada mal, en realidad. No solo eso, sino que su medida es de 150 metros cuadrados, con tres pisos y diferentes habitaciones, además de una amplísima terraza.
Por si fuera poco, esta mujer de una inmobiliaria de Albacete detallaba mucho más de qué estancias constaba la casa. Tenía un sótano, un dormitorio, un amplio salón con chimenea, cocina y algo por lo que, todos los usuarios, se han dado cuenta de que estaba tan barato.
Mientras la mujer enseñaba la casa que, seamos sinceros, necesita una buena reforma, se fijaba en un detalle que asustaría a cualquiera que haya visitado ese piso.
Y es que conforme enseñaba parte del sótano y de la parte de abajo de la casa (que vende por ese bajísimo precio) decía, muy sigilosamente, que la casa tenía una cueva.
Sí, ahí mismo, enterrada en el sótano, que decidía deliberadamente no enseñar. Claro, entendemos que la casa está en el pueblo, al lado de una montaña, pero nadie espera tener una cueva en su propio piso.
Tanto es así, que los comentarios no se hacían esperar y comenzaban a avisar de que esa casa daba miedo, y mucho. “¿El espíritu está ya empadronado o hay que hacer el papeleo?” “He estado en calabozos más acogedores” o “¿Pero los 20.000 me los dais por vivir a mí ahí?” eran algunos de los comentarios que se podían ver.