En Checa, unas veinte mujeres prefieren tomarse 'Un café con la enfermera'

Una veintena de mujeres de Checa, una pequeña localidad situada en el Señorío de Molina, han tenido muy claro que la persona ideal para tomarse un café al mes es su enfermera. Al menos, ellas son, por el momento, las asistentes a una iniciativa denominada 'Un café con la enfermera', liderada por las dos enfermeras de Atención Familiar y Comunitaria del centro de salud de Checa, María De la Hoz García y María Ángeles Quesada.

Se trata de encuentros, con café y merienda, que, desde finales del año 2021, se celebran mensualmente en el centro social del pueblo y se estructuran en una sesión de cuarenta minutos, seguida de exposición de dudas y comentarios y un pequeño coloquio.

"Es un rato en el que aprovechamos para hablar de salud con las vecinas, porque actualmente solo vienen mujeres, aunque los hombres son también bienvenidos", explica María de la Hoz, señalando que el objetivo de esta actividad de educación para la salud es "aumentar el conocimiento en salud en la población de Checa".

En esas sesiones, abiertas a quienes quieran participar, se abordan temas de salud tan diversos como "primeros auxilios, menopausia, nutrición, hábitos saludables, información sobre la importancia de participar en las campañas de diagnóstico precoz de los protocolos que llevamos a cabo en Atención Primaria". En definitiva, tal como aclara esta enfermera rural, se tratan "todos los temas que a ellas les interesan y nos proponen y también algunos que nosotras como enfermeras consideramos importantes".

Pero además de las dos impulsoras de la iniciativa, 'Un café con la enfermera' ha contado con la participación de otros profesionales sanitarios, como "psicólogos, compañeros del centro de salud, genetistas o asistentes sociales", incluso con personas locales que han querido aportar sus diferentes conocimientos sobre salud, como ha sido el caso de "la peluquera, la farmacéutica o una señora que nos hizo un taller sobre plantas medicinales de la zona", apunta María Ángeles Quesada, 'Angie', para quien el hecho de trabajar en un pequeño centro de salud es una ventaja a la hora de desempeñar su trabajo y poder tener una relación más cercana con sus pacientes.

"Tenemos la gran suerte de tener tiempo de ocuparnos de nuestros pacientes, de saber de sus problemas desde un poquito más cerca y eso también nos ha dado una idea de los temas que podíamos tratar", asegura, considerando que esa "cercanía" a sus pacientes, esa "comunicación como de complicidad" con ellos les ha permitido conocerlos más en profundidad, "no solo a nivel personal, sino también a nivel comunitario, en sus trabajos, saber qué dificultades tienen" y, como consecuencia, poder "tratar tanto los problemas sanitarios médicos como otro aspecto muy importante que es la salud mental".

Y, sin duda, la gran acogida y aceptación de la iniciativa entre la población de este pueblo molinés de menos de 300 habitantes, la mayoría mayores de 65 años, ha hecho sentir a ambas enfermeras de Atención Familiar y Comunitaria "muy satisfechas, muy orgullosas y felices", sobre todo teniendo en cuenta "la relación tan especial que se ha generado en todo el grupo".