casi 180 personas hacen posible esta fiesta de interés turístico provincial y regional
Guadalajara dispuesta a dejarse seducir de nuevo por el Tenorio Mendocino
La representación itinerante de la obra de Zorrilla regresa el 1 y 2 de noviembre a los edificios de la familia Mendoza en la capital alcarreña para celebrar su 34ª edición
Guadalajara - Publicado el
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Queda tan sólo un día para que Don Juan, Doña Inés, Don Luis Mejía y los demás personajes de Don Juan Tenorio resuciten para regresar a los edificios que la familia Mendoza construyó en Guadalajara entre los siglos XV y XVI.
Los encargados de esta suerte de encantamiento en torno a la noche de Todos los Santos son las más de 150 personas que hacen posible el Tenorio Mendocino, un evento escénico, cultural e histórico creado e impulsado por la Asociación Gentes de Guadalajara, que cumplirá los días 1 y 2 de noviembre su trigésimo-cuarta edición.
Partiendo de la fidelidad al texto de Zorrilla, su directora desde hace dos años, Ana Vélez, ha querido subrayar "la idea de mendocino", que es, de hecho, su apellido.
Y es que, su carácter itinerante por los espacios patrimoniales de los Mendoza en la capital, ha inspirado la búsqueda de "esos personajes que podían presentarnos los espacios antes de que empezara cada escena", ha explicado, poniendo como ejemplos la aparición de "algunas ánimas que estén vagando por esos espacios y nos quieran hablar" o del propio Zorrilla, "que viene a la Plaza de Santa María a hablarnos de su Don Juan y a presentarnos la tradición del Don Juan Tenorio".
Aunque la representación propiamente dicha del Tenorio Mendocino dará comienzo a las 21:00 horas del viernes, a las 18:15 arrancará el pasacalles "desde el Liceo, para subir por toda la Calle Mayor, haciendo parada en la Plaza del Ayuntamiento y en la Plaza del Jardinillo", avanza Vélez, añadiendo que, tras discurrir "por la Plaza de Diputación hacia abajo por Calle de San Miguel", hará su siguiente escala en la Plaza de Santa María, "donde, de 19:00 a 21.00 horas, en la Hostería del Laurel se abre la taberna para que la gente se tome unos vinos y unas tapas y disfrutar de unas escenitas, bailes del pueblo, etc, es decir, hay una ambientación hasta las 21:00 horas, que es cuando empieza ya la primera escena".
Tras esa primera escena en la Hostería del Laurel, el recorrido del XXXIV Tenorio Mendocino se desplazará "al Palacio de la Cotilla, donde veríamos la escena de la casa de Doña Ana; después, nos iríamos al Claustro del Liceo Caracense, donde se representa la escena del convento, y después, al Palacio del Infantado para ver la escena de la Quinta de Don Juan", ha apuntado la directora.
La segunda parte tendrá como escenarios "los Jardines del Liceo, donde se representa el primer cementerio, el Panteón de Don Juan", de nuevo el Palacio del Infantado, "donde en la propia fachada, en la parte de la puerta del zaguán, está instalado el escenario en el que se representa la escena de la cena", concluyendo "de nuevo, en los Jardines del Liceo con la última escena y ya el colofón".
Pero lo que Ana Vélez ha querido dejar claro es que el Tenorio Mendocino es más que un teatro de calle, "es un evento que transforma toda la ciudad durante este fin de semana, porque, además, ocupa todo lo que es el centro histórico", sin olvidar que para quienes participan en él de un modo u otro "supone una convivencia humana brutal durante un mes y medio".
En este sentido, ha subrayado el hecho de que, más allá del elenco actoral, "hay un montón de gente que se suma a la figuración y a la ambientación, que está en atrezzo, en utilería, en escenografía, en vestuario, en maquillaje, en peluquería, en logística, en prensa o en redes sociales". En definitiva, "un equipo humano inmenso" sin el cual no podría llevarse a cabo esta Fiesta de Interés Turístico Provincial y Regional.
Y, aunque es Don Juan quien pone título a la obra de José Zorrilla, la gran protagonista para muchos amantes de su puesta en escena es Doña Inés, un personaje poliédrico que, desde hace dos años, encarna su tocaya humana, Inés Oviedo.
"He vivido toda mi vida en Guadalajara. A mis padres les gustaba mucho la obra y he querido participar en el Tenorio Mendocino desde los 6 años, hasta que a los 12 me dejaron apuntarme", ha recordado, explicando que, además, sus padres le pusieron el nombre "por esta obra y lo que nunca me habría imaginado es que terminaría haciendo de Doña Inés".
En cuanto al análisis de su personaje, esta estudiante de Psicología de 21 años ha adelantado que, este año, el público se va a encontrar con una Doña Inés "un poco mas fuerte, más decidida, en comparación con la del año pasado, que era más inocente, como perdida", porque, sin eliminar la inocencia del personaje, "que es parte de lo que le caracteriza", la protagonista de Zorrilla no deja de ser "una chica de 17 años, que es muy consciente del tema del honor y de no manchar el nombre de su familia y que no va a dejar que nadie le pase por encima".