Desde los 12 a los 45 años en una dieta constante: La historia de Irene y su lucha por dejar de ser obesa
Irene ha probado todo tipo de dietas, ha tenido atracones, bulimia y acaba de ser operada de una reducción de estómago
Toledo - Publicado el
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Vivir en un cuerpo que no deseas, que no quieres. A Irene le diagnosticaron una enfermedad cuando tenía 7 años, y el tratamiento que tuvo que tomar le hizo engordar, ahí empezaron todos sus problemas y concretamente con “el bullying en el colegio como yo partí, que entonces ni era bullying ni era nada, era te aguantas y ya está porque eres la gorda de la clase. Pero a partir de ahí empieza una relación súper tóxica, tanto con la comida como con el tema del peso·.
Irene lleva desde los 12 años hasta los 45 que tiene e la actualidad probando todo tipo de dietas, “la del melón, la de la sandía, hice otra que te daban descargas en la tripa y luego te daban una pastilla... A raíz de esa dieta, empecé con el tema de los atracones, la bulimia y a vomitar. Empecé con la terapia desde que tenía 13 años”.
La vida con 134 kilos no es fácil
Creemos que es fácil que una persona con obesidad pueda hacer su vida, juzgamos de manera subjetiva y hacemos daño como sociedad. “Yo quedaba con mis amigos a una terraza a tomar algo y mi mayor preocupación era de, ¿y me voy a poder sentar en la silla de la terraza? Yo me sentaba en esa terraza, la silla me estrangulaba, no dices nada porque te da vergüenza. Y cuando yo llegaba a mi casa, yo tenía morados en las piernas de haber estado tres horas sentada en una silla en la que no podía”.
El 74% de la población creen que las personas con obesidad sufren discriminaciones. Lo llaman gordofobia, y no es el único ejemplo que Irene nos ha puesto, recuerda subirse a un avión y no poder abrocharse el cinturón de seguridad “me han llegado a decir delante de todos 'haber comprado dos asientos'. Y claro, todas esas instituciones te van marcando un montón”.
Irene fue de mal en peor. Su autoestima estaba por los suelos y se metió en una relación tóxica, con una persona drogodependiente, con muchos problemas detrás y empezó a descuidarse totalmente.
UNA NUEVA OPORTUNIDAD
Con mucho esfuerzo pudo salir de ese círculo vicioso y encontró a alguien que realmente la valoraba como persona. Ese fue el detonante para cambiar su vida, “dije: son 45 años, hay que hacerlo”. Ahí empezó todo el proceso de la seguridad social que no considera la obesidad como una enfermedad y no considera que el tratamiento te lo tengan que dar.
“Mi operación ha costado 12.500 euros y yo no los tengo. Entonces tienes que esperar a estar enfermo para que alguien te trate. Yo por ejemplo, mi padre ha tenido cáncer de colon y yo todos los años tengo mis colonoscopias y demás por prevención. Pero no tengo que esperar a tener un cáncer para que alguien me atienda. Y la respuesta siempre es: cierra la boca, deja de comer y adelgazas”.
Su madre vendió un piso y pudo darle los 12.500 euros que le costó la reducción de estómago. Ahora su vida ha cambiado “en mi caso me han quitado un 85% del estómago. Entonces se queda un estómago tubular. Y entonces la capacidad es muy pequeña. Cuando haces esa cirugía, la hormona del hambre desaparece. Yo al principio que estaba solo tomando líquidos, no tenía hambre en 24 horas, ahora sí que empiezo a tener señales de hambre”.
Irene en dos meses y medio ha perdido ya 23 kilos y es una carrera de fondo porque tras ese “bypass” le ayudará a bajar esa ansiedad, esas señales de hambre y durante ese proceso aprenderá a hacer tus hábitos saludables”.