Una ginecóloga de Toledo viaja a un hospital de África para operar a mujeres: “Cuánto transmiten los ojos”

Hasta en tres ocasiones ha viajado María José a África para ayudar a mujeres y sus problemas ginecológicos, dar esperanza y de forma altruista, salvarles la vida

Equipo de sanitarias operando en África

Carmen Rodenas

Toledo - Publicado el

3 min lectura

Han sido diez días de trabajo en un hospital, ubicado en una de las zonas y en uno de los países más pobres del mundo. Es la historia de la doctora María José Galán del Hospital HMI Toledo. 

Sin pensarlo María José se marchó a Benín, a un hospital, a través de la ONG Infancia y Cirugía. Un hospital que comenzó especializado en cirugía para pequeños pero que se han ido incorporando otras especialidades como es la ginecología, de la que es experta María José.

Es la tercera ocasión en la que esta doctora viaja hasta Benín para, participar en esta iniciativa de cooperación. Nos contaba que se encontró fue “con gente que nos recibe con una esperanza tremenda, una sonrisa de oreja a oreja. Sientes que somos su solución, porque no tienen dinero para ir a las ciudades principales del país a operarse. Nos lo agradecen con los ojos porque no podemos tenemos un intérprete pero ¡Cuánto transmiten los ojos!”

Equipo de sanitarias en África

Difícil pero reconfortante

Cuando la experiencia termina, te encuentras con una vuelta cargada de “emociones y vivencias que lo hacen complicado y que, hay que aprender a gestionar. Es difícil. A veces es muy reconfortante. No sé cómo explicar la mezcla de emociones que genera”.

Ahí se demuestra la vocación de María José, la misma que sus padres (ambos médicos) le han trasmitido. “Tengo dos hijos y entonces creo que esto está siendo una enseñanza de vida muy importante para mis hijos. La primera vez que me lo propusieron, mis hijos tenían 9 y 7 años, lo hablé con mi marido y hablé con mis hijos y les dije: hay un hospital en África, que no tiene médicos. Y ellos me dijeron: "mamá, nosotros queremos que tú vayas a ayudar a curarlos”. Supone un sacrificio familiar pero un aprendizaje muy grande para el día de mañana".

Hospital en Dangbo

La localidad de Dangbo pertenece a la región de Ouémé. Este hospital está a 10 kilómetros de Porto Novo, que es la capital oficial, aunque la capital financiera y es Cotonú, que es donde está el aeropuerto. “Decimos 10 kilómetros, que aquí los hacemos andando en un pispás, pero 10 kilómetros allí suponen tres cuartos de hora en el medio de transporte que utilizamos allí, una ambulancia del hospital, porque las carreteras son pistas de arena, de tierra, llenas de motos, un caos circulatorio que cualquier viaje por allí es una aventura y un factor de riesgo”.

“En el hospital hay un quirófano que la ONG ha equipado a través de los socios de la ONG y de donaciones que se hacen a la ONG, con un respirador, con una mesa de quirófano, el material”.

Operaciones

En la mujer de raza negra es muy frecuente el mioma. María José nos contaba que “vemos muchos miomas y de un tamaño tremendo. Para que te hagas una idea, los más grandes que podemos encontrar nosotros aquí en nuestro medio, que es la biología benigna, a lo mejor puede llegar del útero a la altura del ombligo”. 

El gran tamaño del mioma les produce anemia, la imposibilidad de quedarse embarazadas, y ahí viene un problema para ellas porque “es muy importante ser madres en la sociedad en la que viven, la mujer que no tiene hijos, su marido y su familia la repudia, la echan a la calle”.

ONG Infancia y Cirugía

Ellas tienen el deseo de maternidad muy metido dentro de ellas. María José nos contaba la dureza que han vivido alguna vez “en la consulta les comentas que por mucho que hagas, no puedes conservar el útero en esas cirugías. Entonces, tú piensas que la vas a curar, pero en su sociedad eso supone que no puede tener hijos y entonces que la van a rechazar. Es complicado, es difícil a veces ver como ellas mismas renuncian a lo mejor a la cirugía por evitar esa situación”.